San Julián - Historia y leyendas

San Julián

Descubierta por Hernando de Magallanes en 1520, en San Julián se ofició la primera misa en territorio argentino el 1º de abril de dicho año.
En 1578 recala el corsario inglés Drake, que había salido de Plymouth el 13 de diciembre de 1577, en el más hermético secreto, zarpando con una flota de cinco barcos y 162 tripulantes. El hermetismo obedecía a que Inglaterra estaba en buenas relaciones con España y el propósito de Drake era justamente asaltar barcos españoles (también portugueses si los hallaban) y apropiarse de todo lo que encontraran de valor. El 21 de junio desembarcan en San Julián sin la carabela Christopher, que se había incendiado. Deciden invernar allí, donde cincuenta y ocho años antes lo hiciera Magallanes, y tal como ocurrió entonces alguien pagó con su vida una insubordinación. El ejecutado fue Thomas Doughty, y el 20 de agosto ya las naves cruzan el estrecho e ingresan al Pacífico.

A principios de 1741, el Almirantazgo Inglés envía a los mares australes una flota integrada por 7 naves, con 250 cañones y casi 2000 marinos, bajo el mando del temerario George Anson. Como España e Inglaterra estaban en estado de guerra, la Corona británica no veía impedimento para ocupar posesiones españolas al sur del Pacífico y abordar y secuestrar valiosas cargas.
Pero no iba a tener buena suerte esta empresa, a pesar de haber sido contrarrestada por otra pequeña flota española que sale a su encuentro, una violentísima tempestad iba a dar cuenta de ambas, neutralizando sus acciones.
El 23 de marzo de 1780 llegó a San Julián una escuadrilla colonizadora bajo la dirección de Antonio de Viedma con la intención de dejar población y fortificar el lugar, pero los vientos y la búsqueda de agua dulce para abastecerse, lo llevaron a Deseado, donde debió pasar el invierno.
Ya en 1752, Domingo Basavilbaso, un importante mercader porteño, extraía sal en San Julián en el salitral Cabo Curioso y la comercializaba en Buenos Aires. Esas épocas eran propicias para la actividad ya que tanto los loberos como los balleneros ingleses frecuentaban estas costas y nadie se preocupaba por la vigilancia española que a la sazón no era muy eficaz.
En 1780, por orden del Virrey Vertiz y ante la política española de fundar poblaciones para defender la costa Atlántica, se funda un pueblo con el nombre de la Nueva Colonia de Florida Blanca a 10 km de la actual localidad de Puerto San Julián en dirección N.O. Esto ocurre el 1º de Noviembre de dicho año para lo cual reclutan a 200 familias que levantan el nuevo caserío pero el lugar es abandonado en enero de 1784, ya que predomina en Vertiz el criterio de no mantener ninguna población que no tuviera sustento por si misma.
Finalmente es fundada como Puerto San Julián el 17 de setiembre de 1901y fue declarado lugar histórico por decreto 12.466 del 5 de noviembre de 1943.
Leyendas

Leyenda mitológica “Uendeunk” del libro Joiuen Tsoneka de Mario Echeverría Baleta
Uendeunk representaba al espíritu bueno que acompaña a los niños desde que nacen y protege a los hombres ayudándolos en sus hechos.
Así es que cuando muere un indio, Uendeunk lo lleva ante la presencia de Elal y le cuenta todo lo que éste ha hecho durante su paso por la vida. Si fue buen cazador, si mató muchos pumas, si cuidó de la familia y los niños, y , si había enseñado a sus descendientes lo hechos de Elal.
Al indio no le interesa llevar la cuenta de sus hazañas, pues sabe que : “Uendeunk no lo olvida”.
Por los atardeceres ronda las tolderías, propiciando el momento para que los ancianos narren a sus sucesores la historia de su raza.
Tsonekas: nombre verdadero de los llamados: Tehuelches, Aónikenk o Chonkes
Joiuen: leyenda
Uendeunk: Espíritu bueno
Elal: nombre propio del héroe de los Tsonekas
Puerto San Julián, origen del mito patagónico
Aporte realizado por el Director de Turismo de la Municipalidad de Puerto San Julian, Sr. Pablo Walker .

FOTOS: SAN JULIAN


Pupilas’ de San Julián se niegan a prestar servicio

San Julián. El 17 de febrero de 1922. Tras finalizar la campaña donde el ejército fusiló a cientos de peones rurales en Santa Cruz, el comandante Varela le dio franco a los soldados.
Un numeroso grupo se dirigió al prostíbulo La Catalana. Las mujeres los recibieron con las escobas en alto y, sin temor a ninguna represalia les gritaron "¡Asesinos! ¡Con ustedes no nos acostamos!", mientras cargaban las escobas en la espalda de los represores. Van presas. "Son las únicas voces de repudio en medio del silencio de la sociedad cómplice. Temiendo que el episodio se difundiera se las deja en libertad... total... era la opinión de cinco pobres mujeres", dice Osvaldo Bayer, investigador, escritor e historiador que recuperó los episodios de aquella trágica represión.

La negativa de las mujeres
El 17 de febrero de 1922 en Puerto San Julián, Santa Cruz, más precisamente en el prostíbulo "La Catalana" Consuelo García, 29 años, argentina, soltera; Ángela Fortunato, 31 años, argentina, casada; Amalia Rodríguez, 26 años, argentina, soltera; María Juliache, 28 años, española, soltera; Maud Foster, 31 años, inglesa, soltera; junto con Paulina Rovira, la dueña del prostíbulo, encabezaron lo que Osvaldo Bayer llamó "la única derrota de los vencedores".
En un artículo escrito por Bayer, sobre este tema destaca que "tras la campaña de caza a los huelguistas, los soldados habían demostrado ser "fuertes, duros y machos" fusilando sin asco a indefensos obreros gallegos, chilenos, polacos, rusos, alemanes, argentinos, por la osadía de pedir una cama limpia para pasar la noche, un paquete de velas, y jornada de descanso.
"Cumplida la carnicería, Varela consideró pertinente, para solaz y esparcimiento de sus subordinados, enviarlos de visita a los prostíbulos de la zona. Paulina Rovira, encargada de la casa de tolerancia "La Catalana" en San Julián, recibe el aviso. Pero, las cinco pupilas del establecimiento se le rebelan. Llegada la tropa, las mujeres esgrimen palos y escobas y al grito de: "¡Asesinos, cabrones, no nos acostamos con asesinos!" rechazan a los soldados.
Este episodio, que el tiempo ha convertido en leyenda, forma parte ya de historia de las huelgas y fusilamientos en la Patagonia, y ha sido recreado de diversas maneras. Desde la serie histórica novelada por Osvaldo Bayer en Los vengadores de la Patagonia Trágica; el texto dramático para ser representado en El maruchito: sangre y encubrimiento allí en las tierras del viento, de Juan Raúl Rithner; y la obra en Pupilas del desierto de Lili Muñoz.

Mujeres sin voz
Estas mujeres no tenían voz para la historia oficial, "eran mujeres públicas, lisa y llanamente, putas, último lugar social, seres desclasados; pero fueron, sin embargo, las únicas que se atrevieron a enfrentar a los asesinos y resistir desde el mínimo lugar de dignidad que les habían dejado", dice Bayer.
Después de su increíble acto de rebelión, se hicieron invisibles para la versión estatal, por voluntad propia, sabiéndose la parte más delgada del hilo, o por voluntad del relato oficial, a quien convenía su invisibilidad. Bayer cuenta que estas mujeres a causa de su rebelión fueron detenidas en la comisaría de San Julián, y que con ellas marcharon los tres músicos del prostíbulo: Hipólito Arregui, Leopoldo Napolitano y Juan Acatto, que son dejados de inmediato en libertad al llegar a la comisaría porque declaran solícitos que reprueban la actitud de las pupilas. Además, son músicos que siempre prestan sus servicios gratuitos en las fechas patrias.

                                            Cuando decir No es ganar
La orden del militar a cargo de la tropa, ante el "no" de las pupilas, de ingresar al prostíbulo aunque sea por la fuerza, lleva a que las pupilas se defiendan con sus armas (escobas, palos, etc.) e impidan de ese modo que la violación (invisible para la sociedad) se concrete. De acuerdo a la lógica militar la violación de esas mujeres no era, propiamente, una violación, sino el derecho del vencedor de usar a los vencidos, y por eso ellas deben defenderse con sus propias manos. Enfrentando de manera visible lo que los militares habían realizado de manera invisible. El prostíbulo estaba en el pueblo, todo el mundo vería que disparaban a mujeres desarmadas, en cambio nadie vio cuando disparaban sobre peones desarmados. Ese es uno de los desafíos que las pupilas le arrojan a la cara a las tropas de Varela. Pero Varela sabe que dar la orden de disparar sería una victoria pírrica.
El pueblo se coloca del lado de las tropas de Varela –por miedo, por razones- y nadie (ni sus propios compañeros músicos) se pone al lado de ellas. Ellas ponen su cuerpo en escena, como campo de batalla. Y ganan, aunque esa batalla ha quedado en el olvido hasta que Bayer recupera la dignidad de esas mujeres.

algunas imagenes de protagonista



Obreros detenidos por los fusiladores





Parte de las fuerzas de Varela





El asesino Varela

Este caso puede esclarecerse"

Indicó el Subcomisario Albisu en referencia a las insistentes investigaciones que continúan por la trágica muerte de la joven madre Gabriela Montenegro.

Elsurhoy En dialogo con el subcomisario sobre el caso de Gabriela Montenegro luego de su trágico hallazgo, la fuerza policial volvió al lugar de los hechos a realizar diversos rastrillajes por determinación expresa del juzgado.A su criterio, el subcomisario afirmó que "este caso puede esclarecerse", mientras denotó "es solo una cuestión de tiempo".Por el momento no pudo aseverar que habrá futuros allanamientos, ya que "esas son determinaciones de la justicia". Aunque manifestó que "hubo algunos allanamientos en la zona de chacras con resultados negativos. Los fundamentos solo los sabe el juzgado quien expidió las directivas para el mismo. Asimismo en estas operaciones se han encontrado rastros de otros elementos que no serían pruebas excluyentes, mientras se sigue bregando en busca del culpable.
Por otra parte, en la tarde noche de ayer, los familiares y amigos dieron el ultimó adiós a Gabriel Montenegro a féretro cerrado en la sala velatoria de la Avda Gregores.



 
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