De Avestruces y Agachonas

La audiencia pública sobre la instalación de la mega usina en la cuenca dejó en claro cual es la realidad política que hoy impera en la provincia, con un gobierno que provoca y una oposición que en su mayoría especula, siempre especula. (Por Héctor Barabino)

Estaba claro que la participación en la Audiencia Pública por la instalación de la Mega Usina en Río Turbio no se iba a centrar en el debate serio sobre la conveniencia del proyecto, por dos sencillas razones, primero porque la decisión del emplazamiento ya estaba tomada, cueste lo que cueste, y luego porque nadie razonablemente puede oponerse al progreso de una región que es el progreso de la provincia, tal como marketinizó el gobierno
Es decir que se sabía de antemano que el escenario montado en el Centro Cultural Municipal no tenía otro destino que la aprobación por aclamación, de la instalación de la mega usina ¿quien podía dudarlo? Nadie.
Al menos nadie entre quienes sabían de lo que se trataba. Por ejemplo aquellos que ostentan representación política o aspiran a tenerla.
Quienes durante los días previos a la Audiencia, mutaron en incansables activistas en contra de la lluvia ácida, la extinción de “la agachona” y “el pato anteojudo”, por el sospechado alto costo del proyecto, o la falta de debate y participación que precedió a una obra de tamaña magnitud.
¿Cómo se explica entonces que aquellas estridentes voces que el sábado tronaban a 300 kms de distancia haciendo temblar las paredes del Teatro del Obispado, el miércoles no se hayan presentado ante el auditorio en Río Turbio que era adonde tenían que estar, a la hora indicada, y diciendo lo que tenían para decir?
La UCR, el Ari, el MST, entre las mas notables ausencias, prefirieron sacar cuentas en el aire respecto de la ecuación costo/ beneficio de un supuesto rédito político por no presentación.
La falta de responsabilidad de estos actores no solo dejó cuestionamientos pendientes y a miles de representados sin voz, sino que abandonó a su suerte al ambientalista Eduardo Delía y sus fundados planteos, y además expuso al Obispo Juan Carlos Romanín a las criticas que se oyeron en su contra por haber acompañado con su firma precisamente las posturas de quienes ese día no asomaron la cabeza por miedo escénico o mezquindad.
No tenían nada para decir? Tampoco nada para escuchar?
Con qué fin entonces convocaron a una audiencia pública en Rïo Gallegos, o le pidieron una mediatizada audiencia al gobernador?
La excusa mas escuchada fue que no querían avalar con su presencia una audiencia que consideraban ilegítima.
¿No hubiera sido más leal a sus ideas y convicciones manifestarse antes, en lugar de lamentarse después sobre el hecho consumado?
Es verdad que por tratarse de un hecho histórico se esperaba una concurrencia masiva y espontánea y no lo que se vio, un armado estratégico dispuesto en un salón colmado en gran parte por mineros, funcionarios, y familiares, y una extensa lista de oradores que abrumadoramente esgrimió un discurso oficialista.
Para tranquilidad de conciencia de muchos especuladores de la política, “a pesar del asueto en escuelas y municipales, no vinieron todos..” como dijo uno de los oradores residente en la cuenca.
Es decir, como no estaban todos, no estaba todo dicho.
“¿No pedían participación y transparencia?” Se mofa el gobierno “Dispusimos de colectivos y no vinieron, transmitimos en directo por la televisión estatal, y brillaron por su ausencia”
“Después se quejan desde la oposición cuando la gente no los vota” comentaban en el recinto, “prefieren seguir creyendo en milagros siempre a costa de los demás” razonaban con pragmatismo quienes esperaban escuchar la otra versión del relato oficial.
La posibilidad cierta de que la mega usina contamine; los sobre costos de su construcción; la falta de carbón para abastecerla, las miles de toneladas de cenizas sin destino, y la necesidad de una eventual relocalización, fueron entre otras, algunas de las observaciones que se escucharon en el seno de la Audiencia Pública.
Expresiones que quedarán inscriptas en la historia que se instaló entre los veinte mil santacruceños que viven en la cuenca, gracias a las intervenciones de los únicos referentes partidarios de la oposición que viajaron a Río Turbio, el FUT, y ENCUENTRO CIUDADANO.
Javier Perez Gallart recordó que la justicia aún no resolvió responsabilidades por la muerte de los catorce mineros, quienes hasta ese momento solo habían estado presentes en los discursos sentimentales pero ahistóricos.
Esta sola apelación a la memoria y la justicia justificaron concurrir a la Audiencia.
Las voces de quienes se hicieron escuchar en el recinto del Centro Cultural perdurarán por sobre el coro de trinos oportunistas de quienes entienden la política como el arte de hacerse el boludo en el momento justo y el lugar indicado, sin importarles la suerte de miles de santacruceños que demandan por el desarrollo y bienestar de toda una comunidad.
El devenir dirá si valió la pena la esperanza de todo un pueblo depositada en un proyecto energético que deja mas dudas que certezas, o solamente se tratará de una desilusión más
Hasta el gobernador Peralta esperó que el último orador dijera lo que tenía que decir antes de retirarse, seguramente mascullando las criticas que se escucharon que no por escasas dejan de ser atendibles.
Fue el dirigente de Ate Lista Negra, Raúl Wanzo, quién dirigió el mejor discurso de entre los mas de 90 inscriptos para hablar. Dijo lo que tenía que decir, no ahorró criticas ni sugerencias, puso en dudas las afirmaciones de los inversores, denunció que desde hace 50 años la usina viene contaminando el Río Gallegos, y por lo mismo le pidió al gobernador que construya la prometida planta depuradora de líquidos.
Un dirigente gremial que se plantó ante sus representados y su comunidad y no sintió temor ni midió réditos a la hora de contar sus verdades demostrándole a los políticos del rating, que antes que nada está la gente y los intereses colectivos.
La avestruz se sabe, es un animal que por sus características fisonómicas esconde la cabeza para ser menos visibles a sus depredadores mientras protegen sus nidos con sus crias.
La Agachona es una especie de perdiz que vuela a media altitud para evitar los embates de las peligrosas aves de rapiña que pueblan las alturas de los andes patagónicos. Injustamente, a estos animalitos, se los emblematiza con lo peor de los seres humanos

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