A dos cuadras de la avenida principal de San Bernardo y a media del departamento donde la familia Colom está pasando sus vacaciones –en Zuviria y Chioza- hay un salón de ping-pong y juegos del que Marco es habitué con sus amigos. Entrada la noche del viernes, se revolucionó el lugar cuando un grupo de chicos, unos 20, atacaron a Marco sin mediar palabra”, relata Martín Ramacioni, el representante de Marco.
Según cuenta Ramacioni, el dueño del lugar intervino para frenar las agresiones junto a vecinos que pasaban por el lugar, y hasta la policía: “Hubo amenazas de muerte contra la persona de Marco y su familia, una situación que nos deja pensando y que se suma a la que se vivo en Córdoba hace pocos días”, señala el encargado de prensa.
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