El reclamo de fuentes laborales por parte de un grupo de desocupados que el miércoles plantó piquete en la ruta 12 que lleva a Cañadón Seco y que luego lo hizo extensivo a la 99, ha comenzado a tergiversarse por la presencia de individuos que, según revelaron fuentes confiables, estarían armados, consumirían sustancias prohibidas y formarían parte de la fuerza de choque de un sector político no precisado. Lo que para la comunidad en general aparece como otra protesta social que causa tediosas complicaciones, a tal punto que el viernes provocó el aislamiento del ex campamento ypefiano porque un sector disidente también impuso un bloqueo de varias horas sobre la ruta 3, tendría connotaciones especiales.
En tanto, la Justicia ordinaria parece hacerse la distraída y se estaría limitando a ordenar la confección de “actas de constatación”, ya que no se tiene conocimiento de que haya librado alguna orden de intimación a los manifestantes para que despejen las vías terrestres bloqueadas.
Pero tampoco respondió al pedido de los vecinos de Cañadón Seco, quienes el viernes reclamaban, casi implorando, la presencia de un fiscal para imponerlo de los padecimientos que generan estos cortes.
Ayer la ruta 3 estaba libre (el viernes fue cortada a la altura del tramo de desvío portuario), en tanto que por la 12 y la 99 se restringía el paso de los vehículos vinculados a la actividad petrolera, pero hoy se endurecerán las medidas de fuerza y habrá cortes totales por varias horas, según revelaron voceros del grupo piquetero original.
Es que no confían en promesas verbales que indirectamente les hicieron llegar en torno a gestiones tendientes a reubicarlos laboralmente en algunas empresas de servicios petroleros.
SIN FISCAL
El mismo viernes, hasta avanzada la noche, alrededor de un centenar de vecinos de Cañadón concurrieron al SUM de esa Comisión de Fomento para aunar criterios ante esta difícil encrucijada.
La reunión estaba prevista inicialmente para las 17, pero comenzó tarde ya que hubo que esperar que llegara el asesor legal de esa pequeña comuna, Martín Bucci, y los diputados Eugenio Quiroga y Rubén Contreras, quienes eludieron los piquetes utilizando un camino alternativo no vigilado, aunque por si acaso, se les otorgó acompañamiento policial.
Pero los vecinos se sintieron frustrados porque ni el fiscal y ni siquiera un empleado de juzgado estuvieron en la reunión, a pesar del insistente pedido que habían hecho, incluso a través de medios radiales.
Hubo momentos tensos durante las deliberaciones, producto de la impotencia de la gente de esa comunidad, en tanto que los legisladores consideraron que el tema escapaba a su órbita de acción y consecuentemente delegaron responsabilidad a la Justicia.
De hecho, en estas circunstancias quedó diluida la intención de presentar un recurso de amparo entre todos los vecinos ya que no pocos recordaron que hace pocos años, cuando se produjo otro bloqueo durante una huelga de empleados municipales, todas las denuncias y pedidos de medidas cautelares quedaron archivadas en los cajones del Juzgado de Instrucción Nº 1.
Lo único concreto es que se acordó un nuevo encuentro para mañana, en medio de una leve esperanza de que los piqueteros se retiren de los caminos principales y alternativos que llevan a esa localidad.
LO QUE NO VEMOS
A todo esto, las más disímiles conjeturas comenzaron a propalarse en distintos ámbitos respecto de lo que acontece en el epicentro piquetero, sobre la ruta 12, inmediatamente después del barrio industrial de Caleta Olivia.
Así, por ejemplo, llama la atención que se haya visto en ese lugar a una flamante pick up Toyota Hilux y también a una Trafic, descargando gran cantidad de viejos neumáticos para la quema.
Llama también la atención que un vocero del grupo de desocupados en la madrugada de ayer se hicieron presentes más de diez individuos, algunos de los cuales consumirían estupefacientes y varios de ellos dieron a entender que portarían armas de fuego.
En cierta manera, deslizó la posibilidad que hayan sido enviados por referentes de algún sector político con la finalidad de causar disturbios y hacer que el reclamo social se tergiverse ante la vista del resto de la comunidad.
“Quieren provocar pelea pero nosotros tratamos de controlar la situación porque lo que buscamos es solamente trabajo y no queremos quedar en el medio de una interna política” reveló nuestro informante, asegurando que “no le tenemos miedo si tienen caños”, en clara alusión a armas de fuego.
Lo concreto es que quienes afirman que están allí sólo con el propósito de exigir una fuente laboral, ratificaron que se quedarán hasta que alguna autoridad les dé una solución concreta.
En ese sentido rechazaron algunas promesas verbales, como que algunos de ellos sean insertados en la empresa Copesa, aunque recién ello ocurriría en el mes de abril.