Con la ayuda de una pistola para clavar, alguien disparó 34 clavos en la cabeza y el cuello de Chen Liu, un inmigrante chino que vivía en el sur de Sydney, Australia. El cuerpo fue encontrado por dos chicos que le avisaron de inmediato a la policía.
Chen, de 27 años, recibió 34 descargas con una pistola a gas comprimido de las que se usan en el terreno de la construcción, y que pueden llegar a disparar clavos de hasta 8 centímetros, según publicó el sitio británico The Sun.
Después, sus asesinos envolvieron el cuerpo en una alfombra y la ataron con cables para electricidad, todos materiales que pueden encontrarse en una obra en construcción. Los motivos del asesinato del joven, que había llegado al país en el año 2000, todavía no están esclarecidos.
La policía sigue investigando el crimen, aunque el superintendente de la unidad de asesinatos, Geoff Beresford, se mostró impresionado y declaró que nunca había visto un caso “de esta naturaleza”.
