Una vez más queda perfectamente claro que nuestros diputados no son confiables, pues si luego de comprometer los recursos de nuestra provincia por 20 años, reconocen que lo que votaron no es beneficioso para Santa Cruz, debieran enfrentar algún tipo de castigo social y jurídico, porque demuestran mala praxis en su función como legislador.
Esto sucedió luego de la firma del contrato de renegociación con la petrolera Panamerican Energy. En el 2008 los legisladores se apuraron a aprobar sobre tablas los contratos de renegociación con la PAE, obedeciendo una orden directa de nación y en aquella oportunidad (como luego sucedió con el dique Los Monos) el diputado Aníbal Billoni y Horacio Miguel apoyaron con una partitura delante de su banca esta acción y se erigieron poco menos que en patriotas por hacer “lo que le conviene a la provincia y al país”.
Sobre la base de que Santa Cruz necesita fondos frescos y pintando un futuro promisorio en virtud de las grandes inversiones que haría Panamerican Energy, se fundamentó por la vía de un monólogo, las bondades de un proyecto que ya hace un tiempo sorprendió al propio Billoni que dijo sentirse “desencantado” por la falta de cumplimiento de la operadora y hace unos días el diputado por el pueblo de Pico Truncado Horacio Miguel, olvidándose de aquellos encendidos discursos en el recinto, donde se reían de las críticas que hacía la oposición y los argumentos que, entre otros, vertía el diputado de la UCR Omar Hallar, reconoció en una Fm de Truncado que la renegociación no era tan buena como pensaba.
En el programa “Mirando al sur” de Fm Libertad Horacio Miguel expresó.
“Nosotros hicimos una renegociación de los contratos con Pan American que creíamos que era buena y ahora hemos visto que por ahí no era tan buena, entonces decimos, con las demás petroleras vamos a negociar diferente y con las mineras considero que no hay que prohibir la minería, el uso de uranio el uso del cianuro, yo soy técnico y minería, lo que creo es que hay que controlar ese uso y creo que hay que tener mayor participación en las sociedades mineras que tenemos, pero en eso nadie puede estar en desacuerdo de que el dinero de la minería tiene que volver al pueblo…”Podríamos preguntarnos entonces cómo nos puede asegurar el diputado que de “ahora en adelante” no va a ser tan inepto para juzgar la conveniencia o no de un nuevo contrato con las demás petroleras, si lo fue en esta oportunidad?. Podríamos preguntarle cómo nos puede asegurar que tanto él como los otros 19 compañeros de bloque no serán nuevamente sorprendidos “en su buena fe” y volverán a firmar cualquier cosa comprometiendo el patrimonio de la provincia?. Claro, lo grave de todo esto es que ante el “hecho consumado”, tanto Miguel como cualquiera de sus compañeros lo pueden arreglar con solo una disculpa.
El diputado además, dice muy bien lo que hay que hacer, pero no explica por qué no lo hacen a pesar de que el oficialismo gobierna hace más de 20 años esta provincia. Cuando habla de “mayores controles”, se olvida que él mismo es parte de un gobierno que nunca controló y cuando acierta a señalar que el dinero de la minería “tiene que volver al pueblo” y que el Estado debe tener mayor participación, omite decir que la provincia percibe en concepto de regalías por todos los emprendimientos que explotan el suelo solo 13 millones de pesos anuales, las mineras están exentas de impuestos y les devuelven en 1% de las exportaciones por puerto patagónicos, es decir: les regalamos todo.
Obvio, a esto dirá Miguel: “ese es un problema de la ley que así lo establece, en ese caso habría que cambiar la legislación…”. De eso se trata precisamente, pues si el diputado Miguel, como Billoni, como tantos otros a nivel nacional que hace 7 años son mayoría en el Congreso y en la legislatura provincial, tuvieran una verdadera vocación patriótica y nacional y dejaran de responder a órdenes de intereses políticos superiores, ya lo habrían cambiado. Esto se resume en solo tres palabras: no tienen voluntad.
