Tres inspectores municipales, un hombre y dos mujeres fueron agredidos por el dueño del local comercial y su esposa, que además fueron ayudados en la agresión por allegados; en total un grupo de 10 personas reaccionaron irracional y violentamente, sobre los trabajadores públicos.
En el local habilitado con el rubro Despensa, ubicado en la esquina de Rivadavia y Piedra Buena, se estaría vendiendo alcohol fuera del horario permitido por ordenanza municipal, por lo que los inspectores se hallaban en pleno control del cumplimiento de la ordenanza que adhiere a la Ley Nacional 24.788, de prevención y lucha contra el alcoholismo, la que indica en su artículo referido a las prohibiciones que los comercios del rubro Despensa tienen prohibida la venta entre las 00.00hs.y las 09.00hs. del mismo día.
Cuando los funcionarios procedían a labrar el acta por la infracción, el dueño del local comenzó con agresiones verbales diciendo; que “después de tantos días de paro ahora comienzan a joder”, a pesar que el personal del departamento no se plegó al paro. Posteriormente comenzaron las agresiones físicas, las inspectoras sufrieron tirones de pelo. Al intentar socorrer a su compañera el otro inspector, junto a un solo efectivo de la policía, recibió golpes en el rostro, en el cuerpo y termino con lesiones importantes en su mano. Posteriormente los inspectores fueron amenazados con un arma blanca, un cuchillo del tipo carnicero, por lo que debieron salir corriendo del lugar. En el momento de la huida el elemento cortante fue arrojado sobre la humanidad de los inspectores, aunque afortunadamente no hubo que lamentar victimas, porque el cuchillo cayo sobre la vereda.
En la situación también tomo intervención el Jefe de Transito, que se encontraba haciendo operativos en la calle, en ese momento procedían a detener a un vehículo cargado de bebidas alcohólicas. Con la colaboración del Jefe de Transito en el lugar y mas efectivos policiales, se pudo controlar la situación y completar el procedimiento.
Un detalle que llama la atención es que la policía no detuvo a ninguna de las personas agresoras, a pesar de haber actuado en patota y con armas blanca agrediendo a servidores públicos, algo que molesto a los empleados municipales, que se sintieron desprotegidos frente a la situación vivida.
