Muerte en Corrientes: pedirán que declare el gobernador Arturo Colombi

Antes de morir –48 horas antes de las elecciones-, el empresario Hernán González Moreno se comunicó con varios amigos, entre ellos el gobernador. Según la primera versión oficial, les adelantó que se pegaría un tiro porque estaba recibiendo amenazas para que termine con sus denuncias contra el candidato opositor, Ricardo Colombi.





Pero esa primera información cayó en un manto de dudas. El empresario era muy cercano al gobernador Arturo Colombi, y estaba a punto de ser indagado por la supuesta distribución irregular de la publicidad oficial. Ahora investigan cuál fue el verdadero motivo del suicidio y, además, si en realidad se trató de un crimen político.

La Justicia no pudo hallar pruebas de las amenazas. Ni en mensajes de texto ni en fotos que el empresario decía haber recibido con un seguimiento a sus hijos para amedrentarlo. Además, los fiscales que investigan el caso –Guillermo Barry, Buenaventura Duarte y Alejandro Chain- tienen muchas dudas por cómo apareció el cuerpo, la forma en que entró por la cabeza el disparo de la Colt 45, y la ausencia del plomo que habría salido por la ventanilla, entre otras.

La declaración del gobernador Arturo Colombi es una pieza fundamental para reconstruir las últimas horas del empresario. Deberá responder, por ejemplo, por qué no envió a la policía de Goya para frenar la decisión de González Moreno apenas se enteró, y en cambio le ordenó a dos funcionarios de máxima confianza que vayan a buscarlo. Tuvieron que viajar 200 kilómetros en plena noche. Cuando llegaron ya era tarde.

El viernes, los fiscales le tomaron declaración testimonial al Director de Información Pública de la provincia, José Luis Zampa, y al jefe de la custodia personal de Colombi, Juan Geraldi, que estuvieron entre los primeros en llegar al campo cerca de Goya donde encontraron al muerto. Repitieron la historia del suicidio y de las presuntas amenazas. No encontraron contradicciones, según fuentes judiciales.

En tanto, este fin de semana el fiscal general de Corrientes, César Pedro Sotelo, apuntó sus sospechas hacia el círculo íntimo de Arturo: "Para la Justicia fue claramente un acto de obstrucción. No le avisaron al fiscal a la hora que tenían que hacerlo y el gobernador mandó antes a su custodio con el director de información pública al lugar de los hechos, es una situación muy compleja", explicó.

"La escena del crimen está muy contaminada, pero hay puntos de información muy certeros", explicó.

 
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