
Egipto y Argelia se jugarán el próximo sábado un solo pasaje para acudir al Mundial de Sudáfrica en un partido dramático. El micro que transportaba al equipo argelino fue recibido a pedradas a su llegada a El Cairo, y tres jugadores resultaron heridos.
Los deportistas sufrieron lesiones leves y sangraban en el rostro, mientras uno de los directivos del equipo mostraba a periodistas fragmentos de las piedras lanzadas por unos 200 jóvenes que rompieron anoche varias de las ventanillas del ómnibus.
Fuentes diplomáticas argelinas también confirmaron la agresión sobre la cual las autoridades egipcias procedieron a investigar y aseguraron haber redoblado los mecanismos de seguridad para evitar nuevos incidentes.
Por su parte, el Comité Organizador de la FIFA para el Mundial pidió hoy a la Federación egipcia y a las autoridades del país que “proporcionen por escrito garantías que confirmen la aplicación de las medidas adicionales necesarias de seguridad y protección para la delegación argelina en cualquier momento”.
En un comunicado en su página web, la FIFA explicó que ha efectuado esta solicitud “tras los incidentes que ocurrieron ayer en El Cairo tras la llegada de la delegación oficial de la selección argelina”.
La noticia del supuesto ataque contra el autobús de los argelinos es portada hoy en casi todos los periódicos egipcios, que aseguran que es todo una mentira.
“Tres jugadores resultaron heridos: Kaled Lemmouchia, en el cuero cabelludo, Rafik Halliche, por encima del ojo, en el arco de la ceja, y Rafik Saifi, en el brazo”, explicó Walter Gagg desde El Cairo, confirmando las declaraciones del del ministro argelino de juventud y deportes, Hachemi Djiar.
“Los jugadores estaban aterrorizados”, añadió Gagg, que dijo que el autobús se encontraba “en muy mal estado, con ventanas rotas, restos de cristal en el suelo y manchas de sangre”.
“No se puede considerar que son heridas superficiales”, estimó el representante de la FIFA. “Con los puntos de sutura, habrá que ver si pueden jugar con la cabeza. El médico de la selección todavía no se ha pronunciado”, añadió.
La rivalidad entre Argelia, que no participó en un Mundial desde 1986, y Egipto, fuera de la cita internacional desde 1990, es una constante en el fútbol africano.
Tras su derrota en el partido de ida, los egipcios lo tienen difícil y tendrían que ganar por tres goles para clasificarse. Por su parte, Argelia se clasificaría en caso de victoria, empate o derrota por un gol de diferencia.
Los deportistas sufrieron lesiones leves y sangraban en el rostro, mientras uno de los directivos del equipo mostraba a periodistas fragmentos de las piedras lanzadas por unos 200 jóvenes que rompieron anoche varias de las ventanillas del ómnibus.
Fuentes diplomáticas argelinas también confirmaron la agresión sobre la cual las autoridades egipcias procedieron a investigar y aseguraron haber redoblado los mecanismos de seguridad para evitar nuevos incidentes.
Por su parte, el Comité Organizador de la FIFA para el Mundial pidió hoy a la Federación egipcia y a las autoridades del país que “proporcionen por escrito garantías que confirmen la aplicación de las medidas adicionales necesarias de seguridad y protección para la delegación argelina en cualquier momento”.
En un comunicado en su página web, la FIFA explicó que ha efectuado esta solicitud “tras los incidentes que ocurrieron ayer en El Cairo tras la llegada de la delegación oficial de la selección argelina”.
La noticia del supuesto ataque contra el autobús de los argelinos es portada hoy en casi todos los periódicos egipcios, que aseguran que es todo una mentira.
“Tres jugadores resultaron heridos: Kaled Lemmouchia, en el cuero cabelludo, Rafik Halliche, por encima del ojo, en el arco de la ceja, y Rafik Saifi, en el brazo”, explicó Walter Gagg desde El Cairo, confirmando las declaraciones del del ministro argelino de juventud y deportes, Hachemi Djiar.
“Los jugadores estaban aterrorizados”, añadió Gagg, que dijo que el autobús se encontraba “en muy mal estado, con ventanas rotas, restos de cristal en el suelo y manchas de sangre”.
“No se puede considerar que son heridas superficiales”, estimó el representante de la FIFA. “Con los puntos de sutura, habrá que ver si pueden jugar con la cabeza. El médico de la selección todavía no se ha pronunciado”, añadió.
La rivalidad entre Argelia, que no participó en un Mundial desde 1986, y Egipto, fuera de la cita internacional desde 1990, es una constante en el fútbol africano.
Tras su derrota en el partido de ida, los egipcios lo tienen difícil y tendrían que ganar por tres goles para clasificarse. Por su parte, Argelia se clasificaría en caso de victoria, empate o derrota por un gol de diferencia.