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Parece que en Bolivia la costumbre es que en los cumpleaños el agasajado le pegue un mordisco a la torta. Claro, nunca falta el malvado que aprovecha, le da un empujoncito al pastel y se lo estampa en el rostro al cumpleañero.
Esta vez, la broma se la hicieron al propio presidente boliviano, Evo Morales, que cumplió 50 años. El insólito hecho ocurrió en la localidad de Batallas, en pleno altiplano, durante un improvisado festejo organizado por la comunidad aimara.
Pero ese no fue el único “presente” que recibió Morales: también le cantaron canciones y le hicieron varios regalos en cada localidad que visitó, ya que se encuentra de gira por las elecciones de diciembre próximo.
Aunque aún no se pudo saber con certeza, se sospecha que la valiente que le dio el empujón al pastel fue una mujer.