Puerto Príncipe, ¿Ciudad tranquila o ciudad sin ley?

Pas de Violence" ("No violencia"), afirma con rotundidad un policía nacional de Pétionville. "Nos encontramos con exactamente la misma violencia que había antes del terremoto", explica. Los haitianos viven tranquilos mientras intentan reordenar su país.





Su forma de ver la vida nada tiene que ver con la nuestra. "Yo pienso que la tierra se ha desequilibrado por el peso de la gente, de los coches, de las casas. El temblor también se ha producido por la deforestación y por el cambio climático". Son las teorías Raphaere Djossy, un conductor de motos de 42 años.

Al igual que el policía de Pétionville, Raphaere no cree que los focos de violencia sean mucho peores que de costumbre: "Aquí todo es muy tranquilo siempre, cuando se oye algún disparo es porque la policía está ahuyentando a los delincuentes". El peor barrio sea quizás Cité du Soleil, en el centro. Sin embargo, inluso durante estos días tan caóticos de los que hablan los medios se puede pasear por allí.

En Puerto Príncipe siempre se ven almas andantes. Se trata de una de las ciudades más pobladas del mundo. En 1960 vivían en este boscoso lugar apenas unas 60.000 personas. Y hoy la habitan unos cuatro millones de almas.

"Yo pienso que para gobernar a tanta gente es necesaria la democracia. Las dictaduras y la mano dura no llevan a ningún sitio. Yo por ejemplo, para ir de un lugar a otro siempre evito a los agresivos. Aunque tarde más en llegar, recorro el mismo camino", manifiesta Raphaere, el conductor de motos.

Lo de que de que vez en cuando se oyen tiros es cierto, y que la gente expolia también, pero junto al caos convive cierta calma. Un casco azul nicaragüense, Irvion, lleva cuatro días en la ciudad y hasta ahora no ha tenido ningún problema. "Esta gente es muy pacífica y son encantadores. Lo que espero es que no se alteren si se acaban la comida y el agua".

Sin luz, detrás de un camión de agua cisterna, resguardados a la sombra del duro sol caribeño, los haitianos son un pueblo tranquilo que ha perdido la esperanza. Les gusta escuchar la radio, es el deporte nacional. 'Radio Caribe', 'radio Lumiere', 'polizonte 2.000', y 'cial fm'; las únicas emisoras que siguen en pie. En ellas se escucha diariamente el himno nacional y otras melodías más tradicionales.

Cientos de ellos se reúnen a las puertas de los almacenes de Naciones Unidas, no tanto para asaltarlos, sino para pedir trabajo. "He venido para ver si me contrataban de chófer o de repartidor de ayuda humanitaria" explica Jacque, vendedor de golosinas. En Haití, sus habitantes están acostumbrasdos a no trabajar.

Jolil Higuera, doctor de Médicos sin fronteras, cree que la situación puede recrudecerse, pues las bandas de narcotraficantes han abandonado el país por el que más cocaína pasa del mundo y Puerto Príncipe puede convertirse en una ciudad fantasma, sin ley, pues sus habitantes huyen hacia el campo. Se han dado por buenas muchas teorías que poco tienen que ver con la tranquila y alegre población haitiana, más acostumbrada a no comer y a no beber de lo que cree la comunidad internacional. Otra cosa es cierta, siguen apareciendo cadáveres a diestro y siniestro.





0 comentarios:

 
Pico Truncado © 2010 | Designed by truncadonoticias | 2010