
A pesar de la estrecha alianza militar que Gran Bretaña tiene con EE.UU., el gobierno de Obama está decidido a no verse involucrado en el tema. También se ha negado a apoyar el reclamo de Gran Bretaña de que la exploración de petróleo cerca de las islas no sea sancionado por el derecho internacional, diciendo que la controversia es estrictamente un asunto bilateral.
El canciller Jorge Taiana hizo un pedido al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para que interviniera en la disputa, una medida a la que Gran Bretaña se opone firmemente.
“Nosotros hemos pedido al secretario general que en el marco de sus gestiones de buenos oficios transmita al Reino Unido la necesidad de no cometer más actos unilaterales”, dijo Taiana a la prensa tras reunirse con Ban.
Taiana sostuvo que “la exploración petrolera del Reino Unido en las Islas Malvinas, es un acto unilateral en una larga cadena de actos unilaterales, que nosotros creemos ilegal, contrario al derecho internacional que pide no realizar actos que agraven la situación”.
El canciller agregó que había pedido a Ban “la necesidad de cumplir con lo solicitado por diversas resoluciones de la Asamblea general (de la ONU) y del Comité de descolonización en relación a la necesidad de sentarse a negociar con Argentina en el conflicto de soberanía sobre las islas”.
A la salida de la reunión Taiana dijo que Argentina está dispuesta al diálogo y a cumplir con el mandato de la ONU pero que el Reino Unido rechaza estos pedidos.
Un colaborador de la ONU reconoció, sin embargo, que Ban no sería capaz de mediar por la oposición de Gran Bretaña.
Sir Mark Lyall Grant, el embajador británico de la ONU, dijo: “Como ya lo han dejado claro los ministros británicos, el Reino Unido no tiene duda alguna acerca de su soberanía sobre las Islas Malvinas, South Georgia y las Islas Sandwich… También tenemos en claro que el gobierno de las Malvinas tiene derecho a desarrollar una industria de hidrocarburos en sus aguas, y apoyamos este negocio legítimo en el territorio de las Malvinas “.”
Altos funcionarios de EE.UU. sostuvieron que la posición de Washington sobre las Malvinas ha sido neutral desde hace mucho tiempo. Esta posición se contrasta tajantemente con la tomada por el presidente Reagan cuando decidió ofrecer ayuda vital a Margaret Thatcher una vez que había tomado la decisión de recuperar las islas por la fuerza en 1982.
“Estamos conscientes no sólo de la situación actual, sino también de la historia, pero nuestra posición sigue siendo de neutralidad,” dijo un portavoz del Departamento de Estado a The Times.
“EE.UU. reconoce la administración británica de facto en las islas, pero no toma posición sobre los reclamos de soberanía de cualquiera de las partes.”
El apoyo del presidente Reagan a Gran Bretaña en 1982 “molestó a mucha gente en América Latina”, dijo un analista de Brookings Institution y ex presidente de Costa Rica.
Los funcionarios británicos en Washington dijeron que se sentían cómodos con la respuesta de EE.UU. en el conflicto hasta el momento, pero indicaron que cualquier apoyo estadounidense a la idea de negociaciones por la mediación no sería bien recibido.
Gran Bretaña ha ampliado la defensa de las islas desde el conflicto, dijo Sir Mark Stanhope, el primer Lord del Mar. “Desde 1982 hemos construido una masiva pista de aterrizaje. Tenemos las fuerzas armadas, hemos mejorado los sistemas de alerta temprana. Es escenario completamente diferente, así que comparar la situación actual con el modo en que manejamos las cosas en 1982, es una locura” agregó.
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