
“Tengo miedo de que me venga a buscar la gente que delaté. Temo por mi seguridad. No sé qué pasó con las personas que yo espié, porque me cambiaban de caso y nunca me enteraba de qué sucedía. ”, afirmó desde Nueva York en declaraciones a PERFIL Emilio Maya. El dueño del Tango Café, un comercio ubicado en Saugerties, la ciudad donde vive con su esposa, hija, hermana y padres, aseguró que el Gobierno argentino no lo ayudó cuando estuvo 15 días detenido por las autoridades y criticó las leyes de los Estados Unidos, que le prohíben salir del estado por más de 48 horas.
-¿Cómo se convirtió en espía de inmigraciones?
-Todo esto es secreto. Es un programa que se creó en 1995, para el que están destinadas 200 visas para los informantes que colaboran, aunque nunca se han dado más de 60. Acá todas las agencias de la ley tienen sus propios undercover (agentes encubiertos). Y es como tiene que ser, así mantienen el orden. Las autoridades se infiltran con gente del pueblo. Así trabajan acá, no sólo el ICE, sino también el FBI, la Policía Federal, todos tienen sus informantes. Así, ellos apresan a la gente que comete delitos.
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