
Luego de las hipótesis que se manejaron durante toda la jornada del domingo, hecho público el ataque, una de las cuales apuntaba al intendente Cotillo, la periodista, que se encontró con él ayer por la mañana (ver nota aparte), aclaró que “en ningún momento nombré al intendente Fernando Cotillo”, al especificar que el jefe comunal “me mandó un mensaje después de haber hablado con el director de la radio y no tengo ningún problema en retractarme, en ningún momento nombré al intendente, lo que si dije y lo sigo sosteniendo es que para que alguien actúe con tanta impunidad, tuvieron el tiempo de rociar el auto con nafta, dejaron un bidón abajo del auto para que explote, tiene que estar ligado al poder político o al poder económico”.
En ese sentido, explicó que en la denuncia “no mencioné a nadie” y “la verdad estoy bajando hoy a tierra”, ya que al observar lo ocurrido con su automóvil los vecinos llamaron al Hospital Zonal, cuyos profesionales al acercarse al lugar le suministraron un calmante. “Recién hoy empecé a pensar lo que podría haber pasado”, al destacar que desde que comenzó a ejercer la profesión “tomé el compromiso de ser la voz de aquellos que pueden haber quedado excluidos” y se mostró angustiada al sostener que lo ocurrido “es muy triste que en tiempos democráticos tenga que estar viviendo con un policía en la puerta de mi casa, con mi familia estamos muy preocupados” y consultada, dijo que no surgieron novedades en la causa, al rescatar que el comisario general Alejandro Martín “se puso a mi disposición”, valorizando que recibió muchos llamados, sostuvo que “la primera persona que me llamó fue la diputada Blanca Blanco y el gobernador Daniel Peralta para ofrecerme su solidaridad”, al igual que el diputado nacional Eduardo Costa y la referente del ARI Mariana Zuvic.
Si bien dijo que a lo largo de su carrera junto a su equipo de trabajo recibieron amenazas anónimas, considera que no tiene enemigos, “me llevo bien con el todo el mundo, a algunos no les gustará mi trabajo, no les gustará como soy”, al sostener de todos modos que “los enemigos del medio emprendieron una batalla y empezaron con los actos de violencia, y estamos exigiendo al Estado que obviamente se sepa qué ocurrió y que este caso no quede impune”.
Por lo ocurrido, Adela anunció que se tomará unos días y “es posible que en breve mi tarea periodística termine, mis hijos están muy asustados y me dicen: ‘ya te pegaron siete tiros, te incendiaron el auto, es evidente que van por vos’”.
Tanto para Adela como para sus compañeros de trabajo, esa noche fue vigilada de forma previa y al respecto, el doctor César Amaya dijo que el ataque puso en riesgo su vida, porque “estuvo hasta las 2:30 en el Barrio 26 de Junio, o la siguieron o la estaban esperando, y 15 minutos después que se acostó incendiaron el auto, que lo hicieron con mucha frialdad, en la unidad más sensible, que es el motor, dejaron que goteara y después lo prendieron fuego, no se trata de una piedra al boleo, hubo una planificación”.
Al respecto, Javier Rivarola opinó que “se ataca una forma de opinar, de pensar, se quieren matar ideales” y especificó que los temas abordados en los últimos días en el programa fueron diversos, como “el hogar de ancianos, el centro de salud del Rotary 23, pesca, petroleros. Lo que le pasó a Adela nos pasó a nosotros. Fueron cuestiones vinculadas con el quehacer de funcionarios públicos locales y provinciales, y económicos también” y pidió que la gente se sume al repudio, porque “mañana le puede pasar a cualquier vecino, mañana van a ir por otros, pedimos que se garantice el libre trabajo”.
Amaya, en el mismo sentido, remarcó que exigen “al poder político que garantice la seguridad de la emisora y de los trabajadores, una trabajadora que deja de trabajar en lo quiere por miedo, significa que estamos perdiendo ante la mafia, esto ya se vivió en Argentina y cada tanto reflota, está en juego el derecho de expresión y hay un Estado ineficiente que está haciendo agua por algún lado”.
También Amaya diferenció el ataque sufrido por Adela con otros hechos vandálicos de incendios de automóviles por “el modus operandi”, al especificar que los autores actuaron “con mucha precisión y calma, un trabajo bastante prolijo” y consideró que este hecho puntual “se va a tender a desdibujar y ese es otro error del periodismo, porque no tenemos que acostumbrarnos a que quemen los coches, y en el caso de Adela está dado porque la presunción general es que el incendio fue acallarla”.
FUENTE:IYN

0 comentarios:
Publicar un comentario