Desde 2007 se profundizó la desocupación en Puerto Deseado

Puerto Deseado pasó de ser una comunidad floreciente, a principios de 2007, a una localidad con un fuerte índice de desocupación y gran incertidumbre en el futuro de sus actividades económicas primarias.
Si bien la quema de las plantas pesqueras, el 20 de julio de ese año, marcó un antes y un después, la crisis actual no sólo se corresponde a aquel atroz hecho, sino también a una sucesiva seguidilla de crisis que no han permitido a la localidad recuperarse de aquel primer golpe.
Existe hoy un lista de 836 personas que no encuentran empleo. En tanto, algunos empresarios y comerciantes de esta localidad señalan que quienes confeccionaron esa lista “se quedaron cortos… -ya que- los desocupados que hay en Deseado trepan a mil cien”.
Talleres navales que se fueron de la ciudad, comercios que cerraron sus puertas y empresas pesqueras que intentan sobrevivir como pueden, conforman hoy una dolorosa postal que los políticos locales preferirían no mostrar. Aunque ayer, desbordado por la situación, el intendente Luis Ampuero reunió a un grupo de empresarios locales en son de solicitar ayuda.
“Hemos citado a empresarios de la pesca y a comercios grandes para mostrarles nuestra preocupación por el índice de desocupados que tiene Puerto Deseado”, comenzó admitiendo Ampuero. Y agregó: “Lo que más nos preocupa es el porcentaje de hijos de esta ciudad que están en esta situación. Yo agradezco a quienes vinieron hoy y se hicieron eco de nuestra preocupación. Citamos a todos los empresarios, pero sólo vinieron cuatro, todos vinculados a la actividad pesquera” se quejó Ampuero, quien estuvo acompañado por la secretaria de Programación Económica Magalí Sequeira y la directora de la Oficina de Empleo Municipal, Amanda Acevedo.
“Buscamos organizar un Programa de Empleo Juvenil. Por eso es que le pedimos a los empresarios que se acerquen a trabajar con nosotros, para buscar las alternativas laborales existentes y posibles empleadores y así ver las capacitaciones en los futuros empleos”, detalló el jefe municipal al término del encuentro.
Aunque lo cierto es que algunos empresarios que concurrieron a la reunión y muchos que no fueron confiaron a Crónica que “tomar más gente en estos momentos es imposible, -ya que- se está tratando de achicar costos porque estamos en bancarrota”.


500 jóvenes sin empleo
El gerente de la operadora de estibajes y servicios Carlos Santi indicó a este diario que lo que más preocupa es la desocupación de los jóvenes. “Hay una franja de chicos de 18 a 24 años que no consiguen trabajo en nada; son 500 jóvenes que salieron de la escuela y no pueden insertarse en el mercado laboral, y muchos de ellos se terminan yendo del pueblo y eso es lo más triste que puede haber”, señaló.
Pero no sólo los jóvenes tienen problemas para conseguir trabajo. Santi reconoció que existe un gran sector de la población de entre 45 a 55 años que quedó marginada del circuito laboral al producirse el siniestro de las pesqueras. “Son personas que sobreviven como pueden, con changas, pero empleo ya no volvieron a conseguir”, indicó, subrayando que las alternativas de crecimiento económico de la localidad están limitadas, porque el problema “es que vivimos de una mono economía, y las empresas que vengan a invertir van a reclamar cierta seguridad jurídica que hoy no la tenemos”, señaló, aunque abogó por algunas herramientas provinciales como la Ley de Promoción Industrial que podrían ser útiles a la hora de instalar alguna pequeña planta de conservas artesanales que genere una salida laboral para algunas personas.
Para el presidente del Concejo Deliberante, Raúl Mella, “la situación es por demás crítica y debe convocarnos a todos. Hoy tuve la visita de cinco personas que estaban desesperadas por conseguir aunque sea una changa para limpiar patios, y la verdad que eso es muy doloroso”, sostuvo el edil, al tiempo que recalcó que a sabiendas de la enorme dificultad que existe en Deseado por la falta de industrias alternativas a la pesca, “nos encontramos con gente que se opone a la actividad minera, que es lo que va a generar puestos de trabajo”, recalcó.
Pese al gran trabajo de Cáritas y a los comedores que funcionan para los chicos escolarizados de escasos recursos, existen personas que regularmente concurren al basural a buscar comida. “Cuando la necesidad es grande, nada parece alcanzar”, sostuvo un empleado municipal que admitió haber visto en varias ocasiones a un grupo de personas revolviendo la basura en busca de alimentos.


Oficina de empleo
Amanda Acevedo, directora de la Oficina de Empleo dependiente del municipio, admitió que se habla de 836 personas, pero “por ahora yo tengo 208 personas a las que entrevisté personalmente que están buscando trabajo; de esas personas, hay muchas que están subocupadas”, señaló.
De todos modos, Acevedo dijo que el dato de esas 836 personas que se dijo en la reunión surge del entrecruzamiento de información entre diversos sectores, pero que “tampoco es un número oficial”.
La funcionaria explicó que la demanda laboral en estos momentos está circunscripta a tareas domésticas. “Nosotros recibimos curriculum, hacemos un perfil laboral de las personas, pero de momento lo que solicitan los empleadores apunta a cuidado de chicos o de personas mayores”, admitió.
Según Acevedo, entre las personas que buscan empleo existe un alto porcentaje de individuos que no concluyeron su educación inicial; “hay gente anotada que, por ejemplo, no terminó la escuela primaria o no fue nunca a la escuela y eso es un problema a la hora de conseguir trabajo”, sostuvo, al recalcar que una de las apuestas fuertes de la oficina que dirige es la realización de cursos y capacitaciones para ayudar a las personas sin empleo para que vuelvan a insertarse en el circuito laboral. (Diario Crónica)



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