Después de su confesión sobre sus contactos con la dictadura para liberar a una sobrina secuestrada, cada vez más gente la repudia. En Santa Fe pidieron que ya no sea Embajadora Cultural.La revelación de Mirtha Legrand sobre su sobrina secuestrada durante la última dictadura y los contactos con militares que utilizó para salvarla, después de tantos años de silencio sobre el tema, molestaron a gran parte del país. Y, así como ya trascendió que la diva de los almuerzos podría perder su distinción de “Ciudadana ilustre” en la Ciudad de Buenos Aires, en Santa Fe un grupo de diputados pidió ahora que se le retire el título de Embajadora Cultural de esa ciudad.
Los diputados Enrique Marín, del bloque kirchnerista, y Marcelo Brignoni, de Encuentro Popular (EP), presentaron en la Legislatura santafesina un proyecto para que se le quite la distinción a la conductora. En el texto, argumentaron que Legrand, al develar en su programa que, por sus gestiones ante el ex represor Albano Harguindeguy, su sobrina fue liberada luego de permanecer dos días secuestrada en 1977, manifestó "su dudosa ejemplaridad democrática" y "su adhesión a la dictadura militar".
Marín y Brignoni detallaron también que pedido de quita del reconocimiento, que le había otorgado el gobernador Hermes Binner, responde a que Legrand “confesó haber conocido los métodos terroristas” de la dictadura, a pesar de lo cual “la apoyo públicamente".
Por sus declaraciones, familiares de víctimas del Proceso pidieron que la conductora sea citada a declarar en la Justicia. El 15 de junio, había contado en "Almorzando con Mirtha Legrand" que llamó al ex ministro del Interior, Albano Harguindeguy, en marzo de 1977, para pedir ayuda por la situación de su sobrina.
La “señora” reconoció: "Gracias a que yo era conocida y famosa, pude rescatarla. Cuando la liberaron le dijeron: 'Te salvaste porque sos la sobrina de Mirtha'". También confirmó que "del marido" de la mujer, también secuestrado, "no se supo nunca más nada".
El reclamo de los diputados de Santa Fe es similar al que hace algunas semanas impulsó el legislador porteño Raúl Fernández, para que Mirtha deje de ser “Ciudadana Ilustre” en Buenos Aires.
“No entendemos cómo en todos estos años, sobre todo desde el regreso de la democracia, la señora no ha hecho denuncia judicial alguna o aportado elementos a la Justicia o a los distintos organismos de derechos humanos”, sostuvo Fernández en su propuesta, agregando que estas "repentinas declaraciones demuestran que desde los inicios de la dictadura la señora comprendía la gravedad de los hechos que estaban ocurriendo en la Argentina”.
A todas estas críticas se suma el repudio por los recientes programas que Legrand transmitió desde el Teatro Colón. Sectores del kirchnerismo ya pusieron el grito en el cielo por el uso del espacio cultural por excelencia para realizar almuerzos entre famosos.
Francisco Nenna, diputado del Frente para la Victoria, advirtió que la culpa era compartida con las autoridades, ya que "el macrismo prioriza la sesión de los espacios públicos de la cultura hacia los sectores privados, en lugar de implementar políticas públicas que tiendan a la utilización de esos lugares para eventos para todos", se quejó.
Por su parte, colegas del ambiente artístico como Ignacio Copani también salieron a hablar. “Cuando un artista se mete en política desde el lado libertario, progresista, puede tener su carrera afectada, pero cuando tiene expresiones de derecha, de impacto rápido, no se ve afectada su carrera", sostuvo Ignacio Copani, en referencia a la diva. Juan Leyrado también recordó que ella había sido una de las figuras que defendió a los militares.
Sin dudas, el repentino “ataque de memoria” de Mirtha le están trayendo más de un dolor de cabeza y, lo que pensó que sería una reivindicación, se terminó volviendo en su contra.
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