Uno, el manejo, conducción e instigación de sectores políticos y gremiales hacia un grupo de manifestantes que fueron creciendo en número y capacidad de agresión incluyendo la portación de palos y armas entre los integrantes de los piquetes que posteriormente avanzaron sobre la Alcaidía; dos, el inapropiado manejo de la crisis por parte de las autoridades políticas y la mala praxis policial a partir de órdenes erróneas, falta de planificación y tareas de Inteligencia previa.
Paralelamente a la lenidad y lentitud que muestra el proceso hay una enorme falta de información por parte del Juzgado sobre el progreso de la causa y tampoco nunca se habló de por qué el principal instrumento de prueba que debe tener un Juez, como es el sumario interno de la policía, nunca fue integrado a la causa por la Magistrada, queja que siempre planteó el tío de Sayago, Víctor Álvarez en distintas entrevistas que le hiciéramos y hasta donde sabemos tampoco fue exigido como elemento sustancial para la determinación de los hechos. Sin embargo allí está todo descripto; los errores y los aciertos del proceder policial.
OPI tuvo acceso al sumario interno de la policía donde se detallan pormenorizadamente los hechos ocurridos aquella noche del 07 de febrero del 2006 y allí queda perfectamente claro cómo actuaron, no solo los efectivos como grupo de defensa de la Alcaidía, sino como actuó cada uno de los policías en forma individual, donde claramente se pueden encontrar desde actos de gran solidaridad entre compañeros, hasta actos de cobardía.
Con este relato que hacemos en base a la Instrucción policial, ponemos por primera vez ante la opinión pública la verdad de lo sucedido visto y analizado desde adentro de la propia institución, hecho que a las claras muestra que hubo mala praxis por parte de quienes ordenaron el operativo y que aún así no se han registrado castigos ni se han aclarado las responsabilidades.
El documento sobre el que basaremos nuestros relatos en las sucesivas notas y las expresiones textuales de los principales implicados en los sucesos de la noche del 7 de febrero que vamos a incluirán él, nunca fueron difundidos por ningún medio y cabe destacar que al final de este sumario, cuando en las conclusiones el Oficial Instructor Comisario Pío, reconoció la responsabilidad de la cúpula policial, los errores de procedimientos y la impericia en la acción policial, todo terminó como era de esperar: al Crio Pio lo retiraron del servicio activo.
La noche trágica
El Oficial Subinspector Jorge Sayago desempeñaba servicios en el Comando Radioeléctrico Zona Norte con asiento en Caleta Olivia y en aquellos días había sido comisionado desde la localidad de Perito Moreno a Las Heras junto a otros efectivos de la misma unidad, lo cual fue corroborado por otros policías, en las actuaciones posteriores a su fallecimiento que se realizaron dentro de la institución.
Por aquellos días se desarrollaban protestas de obreros petroleros que habían sido despedidos de las empresas locales que se mezclaban con problemas internos del Sindicato de Petroleros Privados y otras cuestiones políticas que fueron tensando la cuerda hasta que comenzaron a reunirse en piquetes que cortaron las rutas aledañas a la localidad dando lugar a la intervención judicial y policial.
Ese día el joven oficial estaba acompañado por el Oficial Principal Eduardo Sandoval, el Of Pr. Raúl Varela, el Of Subinspector Germán Oyarzo, el Subof My Ovidio Zurita, El Sargento 1º Iván Cancino, el Sargento Ignacio Quinteros, los Cabos Ariel Victoria, Julio Barrionuevo, Daniel Loncuante, Juan Villarreal y el Cabo Abraham Justiniano. A cargo de todos ellos se encontraba el Segundo jefe de la Unidad Regional Norte, Crio My Gustavo Alfredo Iñigo y a cargo de la Jefatura de Policía el Crio My Martín, actual Jefe de Policía de la provincia.
Aquella noche trágica Jorge formó parte del grupo de efectivos del Comando Radioeléctrico que junto con el personal del Cuerpo de Infantería del Departamento Operaciones de Río Gallegos fueron destacados en Las Heras con órdenes de proceder a la detención de algunos dirigentes gremiales que en esos momentos lideraban los cortes en rutas provinciales de acceso a Las Heras.
Eran las 00:15 hs del día 07 de febrero de 2006 y ante el avance de la multitud enardecida, que en esos momentos estaban liderados por conocidos referentes políticos del medio, el Comisario Iñigo dio la orden de formar frente al edificio una fila de cinco efectivos en línea. Jorge ocupó el lugar número dos y de su situación en el frente de defensa desplegado aquella noche, dieron cuenta en el sumario administrativo que se realizó posteriormente, el Cabo Barrionuevo, que ocupaba el lugar uno en la línea, el Of Subinspector Oyarzo Nº 3, el Cabo Loncuante Nº 4 y el Sgto 1º Cancino como Nº 5.
Cuando se desató el ataque donde llovían palos y piedras sobre el edificio y los efectivos de policía, el Subcomisario Héctor Leal ordenó que los grupos conformados por el Comando radioeléctrico de Zona Norte y el Cuerpo de Infantería se unificaran y se ubicaron rápidamente al costado derecho de la Comisaría bloqueando el posible acceso de personas al interior del edificio que había quedado anillado por los policías que trataban de defenderse y repeler las agresiones de los manifestantes.
Por aquellos momentos imperaba el desorden total y en los avances y retrocesos que se generaba permanentemente por parte de los policías sobre los manifestantes, el pelotón a cargo del Subcomisario Leal se tuvo que desplazar en reiteradas oportunidades hacia la derecha, una zona descampada y sin iluminación de la Alcaidía, intentando repeler el ataque a la vez que impidiendo que la multitud se acercara a las dependencias por el lateral derecho del edificio.
En medio de esa dura refriega, los efectivos, entre los cuales se encontraba Jorge, cubrió el frente/derecho del ingreso y se internaron en la zona más obscura del perímetro, donde a unos 200 metros de distancia pasa la ruta provincial Nº 43.
Fue precisamente allí cuando un francotirador apostado desde las sombras con una carabina calibre 22 comenzó a disparar sobre los policías que operaban con armas y munición antitumulto y lanzadores de gases. Las fotos que se incluyen en el sumario y que nosotros reproducimos son más que elocuentes de los rastros que delatan la existencia de personas armadas que disparaban contra la sede policial.
Luego de algunos minutos los policías advirtieron que se habían quedado sin municiones (gases y perdigones de goma) y ante la imposibilidad de enfrentar a una multitud que los apedreaba y les disparaba munición letal, comenzaron a retroceder. Fue en esa retirada cuando Sayago cayó herido y desconocidos, surgidos desde las sombras, lo lesionaron de gravedad con golpes de palos en la cabeza.
El repliegue fue totalmente desordenado y cuando los efectivos se reagruparon dentro de la Alcaidía se dieron cuenta que faltaba Jorge, quien había quedado a merced de los manifestantes.
Inmediatamente salieron en su búsqueda el Sargento Primero Morales del Cuerpo de Infantería y el Cabo Loncuante del Comando Radioeléctrico, quienes encontraron al oficial tirado en el piso, cerca del paredón de la Comisaría, pero aún con vida.
Acudieron también el Cabo Justiniano y el Sargento Primero Cancino que lo arrastraron a Jorge hasta ponerlo al resguardo de los proyectiles que impactaban en las paredes y en el piso, subiéndolo a una ambulancia del Hospital de Las Heras que había llegado al lugar a cargo de la Dra Fabiana Urristarasu y un chofer.
Cuando la multitud advirtió que al policía lo habían introducido en la ambulancia comenzaron a golpear la unidad e inclusive alguien señaló que una bomba molotov fue tirada debajo de la camioneta que a pesar de todo logró salir de allí.
Jorge fue rápidamente derivado al Centro Asistencial de Pico Truncado, pero en el viaje falleció producto de un ataque cardiorrespiratorio, a pesar de los denodados esfuerzos de reanimación que hizo la médica a bordo del rodado sanitario.
Posteriormente la autopsia llevada a cabo por el Dr José Antipani, revelaría que Jorge Sayago murió por una hemorragia intracraneana e intraparenquimosa, debido a fractura de cráneo por politraumatismos.
En el enfrentamiento de aquella madrugada el o los francotiradores agazapados en las inmediaciones de la Alcaidía hirieron con munición calibre 22 al Subcomisario Héctor Rubén Leal, al Of Principal Raúl Varela, al Sargento Primero Carlos Centurión y también recibieron impactos de balas los Cabos Claudio Fabián Blanco y Ariel Victoria.
Resultaron con heridas de diversa consideración y politraumatismos por efecto de los golpes recibidos por los cientos de piedras que se arrojaron en el ataque, el Of Inspector Pablo Gastón Berili Mendoza, Of Subinspector Rubén Orlando Figueroa, Of Subinspector Germán Oyarzo, Subof Escribiente Carlos Alberto Alvarez, Sto Primero Guillermo Morales y los Cabos Jorge Cardozo, Julio César Barrionuevo, Juan Ramón Villarreal, Pamela Estefanía Salvatierra, Claudia Vanesa Predes y Hugo Marcelo Flores.
Hasta aquí el relato sucinto de lo que pasó puntualmente en el momento del ataque donde resultó muerto Jorge Sayago y heridos varios de sus compañeros. Pero todos los hechos que hemos mencionado guardan una serie de alternativas que iremos desentrañando y las cuales están relatadas y denunciadas por sus propios actores dentro de la Instrucción policial. A partir de su lectura el lector tendrá una idea real y concreta de lo sucedido en Las Heras el día que murió el Oficial Jorge Sayago.
Declaración de Mendoza
Raul Rafael Mendoza (DNI 17.058.379) de 41 años Suboficial Auxiliar de Policía y uno de los implicados directamente en el enfrentamiento, declaró ante el oficial Instructor sobre lo actuado aquel día desde que llegó a Las Heras hasta la confrontación que tuvieron la madrugada del día 7. Mendoza describe así su óptica sobre lo sucedido:
Para no incurrir en la tergiversación de lo expresado por el policía se transcribe textual lo declarado en el sumario:
“En referencia a lo ocurrido el día lunes seis para el siete a la noche, puedo decir lo siguiente: ingresé a la guardia a las 20.00 hs, en esta Seccional, desempeñándome como celador de turno, en el tercio que cumple servicios desde las 20.00 hs. a 08.00 hs.
Ya cuando tomo las novedades de la guardia, soy anoticiado que esa noche personal del comando radioeléctrico de Caleta Olivia, debía proceder a la detención de algunos de los delegados de los manifestantes que se encontraban realizando los cortes de las rutas provinciales 43, 16 y 18.
Pasada las 22.00 hs. estimativamente, retornan el personal del comando, quienes habían sido comisionados para la ubicación y detención de los líderes, en virtud que mismos, no habían sido ubicados.
Al rato escuchamos por la FM Soberania que se encontraba emitiendo un reportaje en vivo, el ciudadano Mario Navarro por lo que doy la novedad al Comisario Inspector Iñigo, quien entonces comisiona a personal del comando, alegando uno de ellos que no sabía donde quedaba la FM y que tampoco conocía a Navarro, entonces me ofrezco e integro una comisión fines identificar y conducir al nombrado, en forma conjunta con el Oficial Zapana y el Sargento Primero Tortoza.
Cuando llegamos a la FM bajo del móvil e ingreso a la radio, constatando que se encontraba efectivamente Navarro en su interior. Una vez que éste finaliza de emitir el reportaje, lo invito a que salga a la parte externa de la misma ya que el Oficial Zapana quería entrevistarse con él. Una vez que sale, el Oficial lo notifica del acompañamiento y se retorna a base, con el apoyo de personal del comando radioeléctrico de Caleta Olivia, agregando que ya se había juntado gente fuera de la radio y hasta nos siguieron a la Comisaría.
Una vez en ésta, acompaño al aprehendido hasta las oficinas del piso superior donde queda a disposición del oficial de servicio para hacer unas actas. Cuando bajo noto que en la parte frente de la Comisaría había gran cantidad de personas reunidas en vehículos, tocando bocina, insultando y a su vez gritaban que si no lo largaban iban a volver a romper todo para posteriormente retirarse.
Consecuentemente, opero por equipo solicitando el regreso de todos los móviles que estaban afuera, a fines de brindar apoyo respectivo a la Comisaría. Cuando no habrán pasado mas de quince a veinte minutos, se ve una turba de gente que comienzan a descender de los vehículos con palos y fierros, y se acercan hasta la vereda del frente y empiezan a tirar piedras a la Comisaría ocasionando con ello roturas de los vidrios.
A todo esto, se encontraba en apresto un grupo de la guardia de infantería, quienes al notar todo el incidente, salen a repeler la agresión externa que se vivía. Alternándose los grupos que salían con los que estaban en apresto en el interior, siendo un total de dos si mal no recuerdo. Encontrándome en la guardia juntamente con el Cabo SandovaL y Cabo Liquin, quienes colaboraban conmigo en la guardia, mientras que los oficiales de acá de la Comisaría estaban colaborando con los grupos.
Después de media hora, empiezan a caer el personal de los grupos, lesionados, para lo cual se los ingresa la Comisaría y se solicita a la ambulancia del hospital, la que viene pero no puede ingresar debido a que los manifestantes se oponían, retornando esta al nosocomio, para lo que llamo nuevamente dado que se habían juntado dos o tres lesionados, como así les digo que se les va a abrir el portón del patio, para darle cobertura. Entonces a los minutos, regresa y con la cobertura de una camioneta del Comando, ingresan hasta el patio, habiendo el suscripto y Cabo Sandoval, abierto el portón a pesar de las lluvias de piedras que caían. Cuando ingresa la ambulancia, cargamos a los lesionados.
Después la ambulancia regresa como tres o cuatro veces, ya que venía a buscar personal policial lesionado. Y en el último viaje cuando voy para abrir el portón, para poder llevar a la testigo que se había descompuesto, noto que un grupo del personal de Infantería traía a la rastra a un efectivo policial, al cual ayudé a levantar para poder cargarlo a la ambulancia, siendo llevado conjuntamente con la testigo.
Agrego que al policía que ví lesionado, tenía todo el rostro y la cabeza ensangrentada como así se le notaba un corte en la frente, muy profundo. Luego de esto, noto que sale el ciudadano Navarro bajo custodia hasta la parte externa y este se entrevista con los manifestante, para posteriormente retirarse. Eso fue todo en esos momentos.
Luego de finalizado los hechos, tomo conocimiento durante la guardia, que la mayoría de los heridos, presentaban lesiones por arma de fuego, como así del deceso del Oficial de Policía que se llamaba Sayago, tomando conocimiento a través del Doctor Sarmiento, quien informa que kilómetros antes de arribar a la localidad de Pico Truncado, el mismo había fallecido. Asimismo me anoticio que toda la Comisaría aparte de haber sido apedreada en su estructura edilicia, presentaba impactos de bala.
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