Caso Sayago: la Oficialidad responsable

Un elementos sustancial a la hora de las declaraciones, fue el relato de los efectivos sobre el equipamiento que tenían al momento de ordenar la defensa de la Alcaidía. En esta entrega se detallan los dichos de los oficiales que participaron del ataque por parte de los manifestantes a la unidad policial el 07 de febrero de 2006, oportunidad en la que murió el Comisario “post mortem” Jorge Sayago.

El día 13 de febrero de 2006 la Jefatura de Policía de la provincia de Santa Cruz ordenó la sustanciación del sumario respectivo, para establecer responsabilidades por los hechos del día 07 donde como consecuencia de un enfrentamiento armado entre manifestantes y policías murió el oficial Jorge Sayago.

A cargo de la instrucción estuvo el Comisario Mayor Gabriel Pío quien nombró como Secretario de diligencias Procesales al Comisario Carlos Aminahuel. A partir de allí se comenzó a reconstruir en testimonios y mediante las pruebas documentales y fotográficas, todo lo acontecido horas previas al suceso y los detalles de lo ocurrido aquella trágica noche.

OPI viene ofreciendo a sus lectores entregas consecutivas del material basadas en lo testimoniado por los actores policiales en el sumario administrativo al que tuvo acceso, documento que no fue entregado a la justicia y que de acuerdo a declaraciones de la propia policía no fue requerido por la Jueza de manera inmediata como sucede regularmente ante situaciones de este tipo.

Hoy vamos a entregar otra parte de las declaraciones que sobre la calidad y cantidad del equipamiento antimotines, tenían en su poder aquella noche los efectivos que debieron enfrentar a los manifestantes armados con palos piedras y armas de fuego.

Ya conocimos la opinión de los suboficiales que actuaron en el enfrentamiento; en esta oportunidad vamos a detallar la versión de los oficiales que estuvieron al mando del operativo y de su responsable táctico, el Comisario Gustavo Iñigo, a quien se le carga en las conclusiones del informe, toda la responsabilidad por las deficiencias operativas de la policía el 06 y 07 de febrero de 2006.

Declaraciones

En este punto de la requisitoria sumarial, los declarantes eran interpelados por el Instructor “para que diga si contaba con los recursos logísticos, para la disuasión de los manifestantes que se presentaron ante la Comisaría Seccional Segunda de las Heras”.

Las respuestas de los oficiales involucrados fueron las siguientes:

Comisario Mayor GUSTAVO ADOLFO IÑIGO
“…si contaba con los recursos humanos y logísticos, para realizar la detención en la vía pública de los responsables y/o voceros de los manifestantes, que producían los cortes en rutas provinciales. Dicha medida, no se debía llevar a cabo en los lugares donde se manifestaban y/o congregaban (piquetes)…”.

“…contaba con personal idóneo, grupos de guardia infantería y munición anti tumulto, para disuadir una manifestación de personas que vinieran a la dependencia a quejarse por la detención, pero durante el ataque que fue constante e intenso y durante una hora y cuarenta minutos, como así el uso de armas de fuego por parte de civiles contra personal policial; estuvo fuera de toda previsión norma y lógica de esta conducción, por el grado de violencia que tenían los manifestantes…”

Subcomisario HÉCTOR RUBEN LEAL
: “…los recursos humanos insuficientes en cantidad. La parte logística, los gases no eran óptimos, el parque anti disturbio, no funcionaba como debía, el parque en general era escaso y no acorde a la situación que se debe afrontar, dejando constancia que ese parque si no era utilizado, debía quedar para el Comando Radioeléctrico de Zona Norte.

No quedando previsto refuerzo para su utilización. Se carecía de protección individual, la cual fue solicitada por notas oportunamente por el Comando de Caleta desde el año 2004 y por parte del cuerpo de infantería, desde principio del año 2005, hasta la fecha en que se proveyó solamente 30 equipos de protección anti trauma.

Se tenía chalecos antibalas, los cuales eran rejuntados de dependencias, no siendo de cargo propio de cada unidad. No se constaba con escudos baríticos, salvo uno formado por el comando de Caleta Olivia y si bien del año 2004 se solicitó entre los equipos de protección, los cascos antidisturbios y balísticos a la fecha, no se cuentan con los mismos. El armamento era mínimo y no acorde a las circunstancias.

La movilidad no estaba equipada para este tipo de movilizaciones, por lo que se tuvo que resguardar en el interior del patio de la comisaría. Se careció de un servicio de inteligencia previo, relacionado a esta situación para que mantenga informada a las unidades de choque, no se contó con hidrantes o equipo similar en el lugar y no se contaba con elementos de evacuación sanitaria inmediata, y dejo aclaro que si se contaba con mayor material logístico y humano, no digo que hubiéramos tenido mejor saldo pero sí se hubiera sostenido y contrarrestado esta situación, más rápido y directa sin darles el tiempo que tuvieron para apostar tiradores en la zona. La carencia de equipos de comunicaciones para mantener la integración de todos los grupos con el Jefe de Operativo. Es todo…”.

Oficial Inspector PABLO GASTON BERILI
“…no, y esto lo digo con conocimiento de causa por mi experiencia en temas de infantería y cursos tácticos; partiendo de los recursos humanos, éramos pocos teniendo en cuenta el gran número de manifestantes, no alcanzábamos el diez por ciento de los mismos, teniendo en cuenta que teníamos que cubrir un ángulo de responsabilidad, superior a los doscientos cuarenta grados.

Siendo un flanco fácil para los manifestantes, en atención a los siguientes factores: la iluminación, era escasa para nosotros, ya que de frente solamente notábamos algunas siluetas y no blancos identificables; otro factor el recurso material utilizado, era antiguo; por lo cual y debido a su época, motivaron fallas mecánicas en el armamento, por un lado; los agresivos químicos, en su gran parte; luego de ser lanzados, no iniciaban la ignición esperada, siendo esta retardada y daba lugar a que la misma, sea retomada por los manifestantes y devolverla hacia la posición en que nos encontrábamos, recién ahí se activaba pero en contra nuestra; siendo esto irrespirable.

En algunos casos, como nos habían provisto los cartuchos de candela (expansión forzada), no reunían la característica del calibre, lo que daba su inutilización en el arma, ya que las “Federales”, son de calibre 38 mm. Y estas candelas inutilizables, eran de calibre 40 mm. Las municiones AT eran de escaso poder de disuasión, por la poca pólvora que tenía el cartucho, ya que ésta, quizás de resultado para situaciones de anti motín, pero no para disuadir manifestaciones a campo abierto. Los chalecos anti balas, no reunían las condiciones de seguridad mínimas, por que no cubrían totalidad de zonas blandas ya que cortos, tal es caso del Cabo VICTORIA quien tenía puesto el chaleco, pero no le cubría la región abdominal…”.

Of Subinspector GERMAN DIEGO OYARZO
“…no, porque eran pocos, malos en calidad y algunos vencidos. Por ejemplo se trababan las escopetas, según mis compañeros los cartuchos antitumulto no tenían poder de efectividad, y los chalecos eran escasos y no teníamos protección…”.

Oficial Inspector FRANCO SEBASTIAN TORRES
“…lo que pasa era gran cantidad de gente, fue mucho tiempo el combate y los gases que usábamos hacían como una explosión chiquita y luego salía humo leve, como si fueran vencidos, pero no lo sabría precisar sino la gente de Infantería, lo que puedo decir es que la munición que nosotros teníamos en dependencia, era escasa y de poca potencia…”.

Oficial Principal RAUL ARTURO VARELA
: “…si se contaba con los elementos mínimos e indispensables para la protección personal, pero para la disuasión, no fueron suficientes en cantidad y calidad. En virtud de la constante y permanente agresividad que demostraban los manifestantes, acotando que la munición poseía poca potencia, no logrando su objetivo de disuasión…”.

Oficial Principal JOSE ELADIO BARRIA
“…no, fue todo de mala calidad y poca provisión; porque los gases son para disuadir y dan excelentes resultados, pero en este caso no salían de la boca del arma “Federal” o cuando salían era muy poco el gas proporcionado.

En tanto que las municiones anti tumulto, calibre 12.70 mm., no producía el efecto que se pretendía para este tipo de manifestaciones. La idea es que el fogonazo y el estampido, cause un efecto de psicológico de disuasión, cosa que no ocurrió. Y la carencia de protectores, hizo que el personal no cubierto recibiera diferentes impactos de piedra en lugares no cubiertos. Las escopetas, si bien estaban acondicionadas para uso; en cierto momento debido a su propio desgaste y por la antigüedad que tienen, se trababan sobre el final del refriega…”.

Of Principal Amado Sandoval
“…los míos, estaban equipados con cascos, escudos y algunos chalecos antibalas y el parque suficiente para disuasión, pero nunca se pensó en la magnitud de los eventos en atención a la constancia y violencia con que se produjo el mismo

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