Nadie duda de la capacidad de hacer negocios que tiene Carlos Ávila, a partir de una visión fue quien transformó el negocio del fútbol en la argentina. Pero ahora parece estar encerrado en su propio laberinto.
Hace unos meses, en La pregunta animal, explicó como funciona el negocio de la transmisiones del fútbol por cable y cómo a partir de codificado los clubes facturas millones y millones de pesos. Pero ahora surgió un inconveniente: la empresa que comercializa los derechos de transmisión es la misma que tiene las dos empresas más grandes de televisión por cable: el Grupo Clarín.
Por lo cual, a partir de la introducción del proyecto oficial de reforma a la Ley de Radiodifusión, espera que la "posición dominante" -porque no quiere hablar de monopolio- de Clarín sea revisada para que los clubes cobren más dinero por los derechos de transmisión de partidos internacionales y la oferta de contenidos para la televisión móvil.
Para desgracia de Luis Majul, tendrá que seguir pagando para ver un River-Boca porque, según Ávila, será imposible que sea gratuito.