Confirman el primer caso fatal en Córdoba
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El gobierno nacional no dictará la emergencia sanitaria. Fue decidido en la Casa Rosada, pese al incesante número de muertes por la epidemia de gripe A, con 56 casos oficializados, y los fuertes cambios en la vida social argentina por el temor al contagio por el virus. El ministro de Salud, Juan Manzur, dijo que esa medida sólo era un instrumento administrativo y que su área ya contaba con recursos para afrontar la enfermedad. 'Pedí una serie de medidas para organizar un plan integral y me las otorgaron. Pedí dinero y me dieron mil millones, pedí suspender las clases y se hizo, y pedí proteger a los grupos de riesgo para que no vayan a trabajar y fue resuelto. No es un capricho no dictar la emergencia. Considero que tengo las herramientas que necesito para avanzar', aseguró el funcionario.Sin embargo, quienes participaron en las reuniones de más alto nivel político aseguran que el Gobierno no quiere que la firma de un decreto de ese tipo derive en críticas sobre la demora en tomar la resolución.La declaración de emergencia sanitaria permitiría, entre otras cosas, un inmediato mando centralizado para la toma de decisiones y, de esa manera, evitar las múltiples diferencias entre los distritos.Manzur citó para mañana a los ministros de salud provinciales para acordar un plan unificado de acción. Pero anticipó que está en contra de los cierres forzados de locales y actividades. 'Hay que convencer, no obligar. Quito la obligación de asistir a clases a los alumnos y de trabajar a los grupos de riesgo, pero a los demás les pido responsabilidad. Nadie está obligado a ir a bailar cuatro horas a un lugar cerrado. Entonces, que no lo haga, pero por convencimiento propio', dijo Manzur a La Nación.De todas maneras, el ministro aseguró que las medidas se estudian día tras día, según avance el virus.La ex ministra Graciela Ocaña había insistido en la necesidad de declarar la emergencia sanitaria nacional para tomar medidas coordinadas en todo el país. 'Dejate de alarmar a la gente con muertos todos los días', fue la respuesta que recibió, según cuentan allegados a la ex funcionaria.La presidenta Cristina Kirchner rechazó siempre la posibilidad de dictar la emergencia. A cada alerta emitida por la anterior gestión, contestó que se exageraba la gravedad de la gripe A y optó por escuchar los consejos de aquellos que compartían su propia mirada sobre el tema.Quienes escucharon de un lado y del otro las conversaciones en el corazón del poder relatan que se hizo fuerte la idea de que esta gripe era igual a cualquier otra influenza. Pero una información clasificada quedó sobre el escritorio de la Presidenta: la gripe estacional provocó el deceso el año pasado de un total de cinco adolescentes de entre 15 y 20 años, repartidos esos casos en todo el país. En una semana, la gripe A mató cuatro jóvenes de esas edades y en un territorio muy reducido.'No se viene el apocalipsis, pero tampoco hay que relativizar la gravedad de esta epidemia', contó una persona que conoce los informes confidenciales sobre la gripe A.'Yo tengo la obligación de prepararme para lo peor. Tengo los informes sobre todas las camas de internación disponibles, pero eso no indica que las vaya a usar', dijo Manzur.La estructura federal del sistema de salud argentino llevó en los últimos días a un esquema anárquico, en el que cada provincia decide según su propio criterio.La falta de la declaración de la emergencia nacional impidió a la ex ministra Ocaña decidir, por ejemplo, la suspensión de los viajes de egresados a Bariloche. Sólo pudo recomendar que los jóvenes no fueran por el riesgo de contagio, advertencia que le valió la llegada de cartas documento de sectores oficiales y privados que entendían que iban a ser gravemente afectados por esa medida. Tres semanas después, la Municipalidad de Bariloche postergó la llegada de estudiantes.El ministro Manzur visitará nuevamente hoy el hospital municipal Abete, acompañado por su par bonaerense, Claudio Zin, en el que se usarán nuevos equipos de detección rápida del virus adquiridos por el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino. Además, se anunciará la puesta en marcha de la coordinación de atención entre los centros de asistencia pública y privada en la región metropolitana. Así pacientes sin cobertura médica prepaga podrán ser derivados para internación desde hospitales públicos hacia privados