Vélez le ganó a Huracán y es el campeón del Torneo Clausura (video)

Con mucho sufrimiento y con los nervios al borde del estallido, Vélez se consagró campeón tras ganarle a Huracán por 1 a 0. El desahogo llegó gracias al polémico gol de Maxi Moralez cuando quedaban apenas siete minutos para el final. Y se desató la fiesta en Liniers.
La gran final en el estado José Amalfitani tuvo de todo. Desde goles anulados, un penal marrado y un temporal que azotó la zona de Liniers. Primero le anularon (mal) un gol a Eduardo Domínguez para Huracán. Y después, Rodrigo López tuvo en sus pies la gran chance de poner a Vélez en ventaja. Pero Monzón le tapó muy bien el disparo desde los 12 pasos. Luego, le invalidaron (bien) un gol al delantero del Fortín por posición adelantada.
Pero hubo un visitante inesperado que nadie imaginaba en Liniers: el clima. El encuentro empezó con una intensa lluvia y tuvo que ser detenido a los 19 minutos de la primera parte por la fuerte caída de granizo que afectó a la zona del estadio. El árbitro Gabriel Brazenas se vio obligado a parar el encuentro cerca de 28 minutos, hasta que el temporal aflojó y las piedras desaparecieron del campo de juego.

Sobre el final de la primera parte, a punto estuvo Huracán de ponerse en ventaja, con el cabezazo de Domínguez que se estrelló en el travesaño. Y al toque un remate de Defederico se fue muy cerca del palo izquierdo.
El segundo tiempo fue para el infarto. Porque Vélez, obligado, fue con todo, mientras que Huracán apostó a alguna contra letal. Aunque por momentos se metió demasiado atrás, arriesgando su arco. El “Burrito” Martínez lo tuvo a los 10 minutos, pero no pudo definir cómodo y la pelota se perdió a un metro del palo del arco de Huracán.
Ricardo Gareca puso todo en cancha: mandó a Joaquín Larrivey, delantero, por Gastón Díaz (defensor). Y Angel Cappa respondió con otra movida de ajedrez: Mastrico González por Nieto, para recuperar la pelota en el mediocampo. Pero la mitad de cancha se convirtió en una zona de paso para llegar rápidamente contra Monzón o Montoya.
Con el correr de los minutos, la defensa del Globo se acurrucó cada vez más contra el arco de Monzón y se fue olvidando de atacar. Mientras los nervios de Vélez estaban al borde de la explosión porque no aparecían los caminos para llegar a la victoria.
Hasta que llegó el gran desahogo con el grito de Maxi Moralez cuando quedaban apenas siete minutos de juego. El arquero Monzón chocó con Larrivey (¿fue falta?), quedó tendido en el piso y el enganche de Vélez la empujó al gol. Después, Moralez vio la roja por sacarse la camiseta.
El cierre, con ocho minutos de descuento incluidos, tuvo tres jugadas clave: dos mano a mano de Larrivey que tapó Monzón y un cabezazo de Defederico que desvió Cubero casi sobre la línea. Despues, todo se vio empañado por el caos que se produjo dentro del campo de juego, entre la desaparición de las pelotas, las discusiones entre los jugadores y la invasión del público.
El pitazo final de Brazenas pudo terminar con el sufrimiento de Liniers y así desatar la fiesta en el Fortín. Mientras del otro lado cerca de 4.500 personas se iban del Amalfitani mirando el piso y otras miles mordían la derrota en Parque Patricios. Así son las reglas del fútbol. Vélez volvió a celebrar tras cuatro años de sequía. Y Huracán, una nueva frustración.
 
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