El cuerpo del sacerdote cántabro Mariano Arroyo Murillo, párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, apareció la mañana del lunes (mediodía en España) apuñalado y quemado en el municipio de Regla, en las afueras de La Habana, según ha informado la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN).El presidente de la CCDHRN, Elizardo Sánchez, indicó que el cuerpo del Arroyo Murillo, natural de Cantabria, fue encontrado por los bomberos alrededor de las 06.10 horas (12.10 hora española), después de que el vigilante nocturno viera salir humo de la parroquia.
El cadáver tenía varias heridas provocadas, al parecer, con un objeto punzante, tenía las manos atadas y algunas partes de su cuerpo quemadas, señaló Sánchez, quien aclaró que se desconoce el móvil de este asesinato, aunque no descarta que haya sido robo porque el coche del sacerdote no se encontraba en el lugar.
Fuentes del Arzobispado de La Habana, por su parte, han confirmado la muerte del religioso en la localidad de Regla, pero no han precisado las causas ni los detalles del fallecimiento ya que esperan emitir un comunicado en las próximas horas. La Embajada de España en Cuba, por su parte, no se ha pronunciado todavía al respecto.
Este es el segundo sacerdote español que es asesinado en Cuba en menos de cinco meses. El pasado mes de febrero, apareció a las afueras de la capital el cadáver de Eduardo de la Fuente Serrano, de 61 años, sin que hasta el momento se conozcan las causas de este homicidio.
El presidente de la CCDHRN, organización no reconocida por el Estado cubano, comentó además que Arroyo Murillo, de 74 años, se encontraba desde hace tres años de misión en la parroquia de Regla y que le faltaban aproximadamente un año y 8 meses para regresar a España.
Arroyo Murillo había pasado la mayor parte de su vida en Latinoamérica por pertenecer a la Obra Cooperación Sacerdotal Hispano-Americana (OCSHA). Estuvo 23 años en Chile y llevaba 11 en la isla, informó la web de Cuba Encuentro. También era licenciado en Teología y Filosofía y director emérito del Instituto de Ciencias Religiosas Padre Félix Varela, de la Arquidiócesis de La Habana.
Posible robo y detenciones
Sánchez calificó los crímenes de los dos clérigos como "algo muy grave", aunque descartó que se trate de algún ensañamiento contra los miembros de la Iglesia Católica pues aseguró que "los sacerdotes no son vistos como una amenaza para la sociedad, por el contrario, la gente está contenta con ellos y a Arroyo Murillo se le quería mucho".
Por tanto, no descartan la hipótesis del robo porque su coche no estaba en el lugar cuando llegaron los bomberos, sin embargo, aclaró que hasta el momento no hay nada confirmado. "Hay mucha delincuencia en la calle y eso es por el factor económico, por la crisis, las necesidades de la gente", apuntó.
Sánchez explicó que el Gobierno cubano no divulga cifras de criminalidad en Cuba, pero destacó que hechos como el del clérigo español "son casos muy comunes" porque las cifras de robos han incrementando en los últimos meses. Asimismo, informó de que cuatro disidentes cubanos, residentes en Regla, fueron detenidos y llevados a otros municipios por haber ido al lugar a preguntar sobre la muerte de Arroyo Murillo, aunque poco tiempo después fueron puestos en libertad. "Los amenazan con que si se acercan al sitio pasarán la noche en el calabozo", agregóCondena y repulsa por el crimenEl obispo de Santander, Vicente Jiménez Zamora expresó "su profundo dolor y su más enérgica protesta" por este crimen. El prelado de la Iglesia de Cantabria añadió que "en estos momentos tristes, desde la fe se une en dolor humano, en la oración y en la esperanza cristiana a toda su familia, amigos y a la Archidiócesis de San Cristóbal de La Habana, donde ejercía su ministerio este buen sacerdote entregado al servicio del Evangelio y de los más pobres, débiles y necesitados".
Por su parte, la vicepresidenta regional, Dolores Gorostiaga ha expresado su apoyo personal y la solidaridad del Gobierno de Cantabria con la familia y los compañeros del sacerdote. Gorostiaga ha mostrado su apoyo a los vecinos y vecinas de Cabezón de la Sal, de donde Arroyo era natural, y en donde era “muy querido y valorado”. La responsable de la gestión de las políticas de Cooperación al Desarrollo en el Gobierno de Cantabria ha destacado la “imprescindible tarea” que Arroyo venía desarrollando en los últimos diez años en Cuba, y previamente en Chile, para trabajar para ayudar a los más pobres. Asimismo, ha destacado la “honda huella” que el intenso trabajo pastoral de Miguel Arroyo ha dejado en Cuba, así como sus planteamientos de la teología actual, basados en ayudar a los más necesitados.
