
Ahora, tras casi dos décadas de investigaciones, el misterio del primer militar desaparecido en la Guerra del Golfo se ha resuelto. Michael murió en el accidente. El Instituto de Patología del Ejército norteamericano ha hallado unos restos que pertenecen al piloto. Así lo confirma el ADN extraído de la mandíbula y varias piezas dentales, según informa 'The Washington Post'.
Después de muchas pesquisas, la invasión de Irak en 2003, ordenada por el presidente George W. Bush, les dió a los investigadores la oportunidad de rastrear sobre el terreno, en el desierto donde al parecer desapareció Speiche. Excavaron en varios sitios de Bagdad y preguntaron a los ciudadanos por el piloto, en lo que las autoridades han calificado como "una búsqueda exhaustiva", que finalmente ha dado resultado.
"El descubrimiento ilustra el compromiso de las Fuerzas Armadas por traer siempre a sus hombres a casa. No importa lo difícil que sea esta labor ni cuánto tardemos, porque nunca renunciaremos a la búsqueda de nuestras tropas", ha comentado un oficial.
Los restos del capitán Speicher despejan las especulaciones sobre si estaba vivo o muerto y permitirá a su familia acabar con la incertidumbre con la que vivía desde hace 18 años.