
el Lear Jet 35 matrícula LV-ZSZ ahora descansa en Río Gallegos y es propiedad del holding de empresas de Báez. Incluso, para darle su toque personal, el empresario pingüino ordenó pintarlo. Desde hace algunos meses, el Lear Jet luce con una parte del fuselaje completamente vestido de negro, como le gusta a Báez. De hecho, para integrar su flota de autos lujosos se debe cumplir ese requerimiento: el color negro.
La operación de compra se cerró en 1,3 millón de dólares y el operador aeronáutico fue Walter Sancott, una suerte de asesor externo en temas de aeronáutica. La empresa que se desprendió de la aeronave fue Medical Jet SA, propiedad del ex brigadier y ex jefe de la Fuerza Aérea José Juliá y de Gustavo Juliá, su hijo, ex gerente financiero del PAMI, echado cuando la gestión de Néstor Kirchner intervino el instituto.