Los municipios de Santa Cruz jaqueados por la crisis y los reclamos

El disparador de la crisis comenzó con los números en rojo de la provincia. A partir de allí se ha generado un efecto que llega a los municipios. Hoy las municipalidades enfrentan grandes endeudamientos, dificultad para afrontar el pago de sueldos y como si ello fuera poco hay actividad gremial pidiendo aumento de salarios.




Desde que la provincia desnudó su situación financiera, a partir del pedido de endeudamiento con el Banco Nación, se ha generado una especie de pánico en algunos sectores de la administración pública, aún cuando el Gobernador haya dicho que los sueldos se seguirán pagando en tiempo y forma.

Es sabido que las municipalidades dependen en gran parte de los fondos que gira la provincia. Esto, sumado a la baja capacidad de cobro que en general tienen los Intendentes, en tasas, impuestos y patentes está llevando a las comunas de Santa Cruz a enfrentar graves problemas a corto plazo.

La mayoría de las municipalidades no hacen los aportes a la Caja de Previsión o los hace tardíamente, no depositan regularmente a la CSS y están superpobladas de empleados que han entrado con cada administración, independientemente del color político, lo que ante la actual crisis toma un peso específico propio que puede – inclusive – amenazar la estabilidad de algún Intendente, especialmente de aquellos cuyo color político no sea el del oficialismo.

La crisis se agudiza con la aparición del gremio de los empleados municipales (SOEM) pidiendo aumento de sueldos. El disparador fue la municipalidad de Río Gallegos donde permanecen con tres horas de quite de colaboración y preparan manifestación y marcha por las calles de esta capital para el día viernes.

En Caleta Olivia se ha generado un movimiento similar y en todos los casos los empleados piden la movilización salarial, en contramano de lo que opina el propio Peralta o el diputado Méndez, quien pretende quitar las paritarias de la mesa de negociación al mejor estilo de la desaparecida Judith Fortsman.

No se descarta que en las próximas horas otros municipios se sumen a este reclamo y es precisamente allí donde comenzarán los verdaderos problemas para las municipalidades y el gobierno de la provincia, más aún cuando apareció por distintos medios Daniel Peralta diciendo “no hay una moneda” y los Intendentes sosteniendo que “no tienen plata para nadie”, hay Concejales como los de Las Heras que se aumentaron los sueldos o Intendentes como Héctor Roquel (UCR) de Gallegos que autoriza de manera poco clara el pago de horas extras, situación muy cuestionada por el SOEM. Estos son solo algunos “pequeños” problemas que aparecen como la punta del icberg, pero que indudablemente reflotarán viejos conflictos que se expandirán por las municipalidades del interior si el gobierno no actúa a tiempo.

Sin embargo hay evidencias de que no todas las municipalidades están en el mismo pie de igualdad ante la crisis. Está claro que el apoyo del gobierno nacional a Caleta Olivia, Las Heras, Pico Truncado y Deseado, a partir de la promesa del Ministro De Vido de inyectar dinero en esas comunas para solventar el déficit, traerá aparejado – además de los problemas económicos – problemas políticos que se han dejado traslucir a partir del 28 de junio cuando el PJ perdió en zona norte.

Es precisamente allí donde Kirchner ha ordenado recuperar el electorado y esto genera un círculo vicioso que le traerá más problemas que soluciones a Fernando Cotillo Intendente de Caleta Olivia, pues sabiendo esto, la gente no se cansará de pedir, exigir y manifestarse, entendiendo que de alguna manera el gobierno (tanto municipal, con apoyo nacional, como el provincial) tienen que dar respuestas.

De todos modos la movida gremial va a fondo y seguramente el gobierno va a intentar calmar los reclamos incentivando a las cúpulas sindicales para amainarlas. No obstante hay una realidad incontrastable: la canasta familiar se ha disparado, los sueldos no alcanzan y el estado provincial se hace el distraído con los aumentos generados en la energía (por ejemplo) que parte de un ente que él administra (SPSE), no se pone a la cabeza del reclamo por el desmedido aumento en el gas y no activa los controles para proteger el magro sueldo de los empleados públicos, que son mayoría en Santa Cruz.

Ante este panorama, el reclamo de los empleados irá creciendo y dependerá de la unión de los gremios que logren avances significativos o que los reclamos sigan sonando como voces solitarias y sin respuestas en la extensa geografía santacruceña.


 
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