
Los balazos surcaron el día en Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, transformadas de golpe en centros de una violencia política con pocos, o ningún antecedente, parecido en Chubut. Mientras tanto, el Gobernador Das Neves, en compañía de varios intendentes, desplegó una intensa actividad en Comodoro Rivadavia y protagonizó un acto público junto a "Los Dragones", la agrupación que lidera allí la oposición a la dirigencia de la Uocra.
A la misma hora, los dirigentes y militantes del Nuevo Espacio se afanaban para asegurar la convocatoria al acto que tendrá como figura central al ex-Presidente, en el gimnasio Socios Fundadores, de los Petroleros Privados.
Será, dijo Norberto Yauhar, "una charla política a la que pueden asistir todos". El dirigente se esmeró en transmitir "tranquilidad" a los potenciales asistentes.
Lo mismo había hecho antes Das Neves, que ante los periodistas calificó a esa movilización como "un acto más", pero le pidió a los organizadores que "le digan a Néstor Kirchner que maneje la chequera mirando un poco más a Chubut".
Más allá de las palabras, la sociedad observa entre asustada y asombrada la ola de violencia que llegó, casi, de la nada en los últimos días, pero con un inocultable aroma a saldo de viejas cuentas de la política, que parece haber abandonado, al menos en la interna del PJ, la ruta de la razón para internarse por los peligrosísimos caminos de la acción directa.
Por eso, este jueves será un auténtico día clave, ya que podríamos estar ante un escenario donde no se discutan ideas, ni liderazgos, sino la capacidad para desarrollar esos disensos en el marco del debate democrático.
El desafío, sin duda, tiene una magnitud casi asombrosa para el conjunto social, adormecido por la banalidad de la mediatización periodística y, también, por sus propios problemas.
Es este un mundo duro, donde no sobran el afecto, la sinceridad y el respeto por lo que el otro pueda decir, pensar o hacer.
Sin embargo, no es tan difícil dar vuelta esa combinación del espanto. Bastaría con una cuota de tranquilidad y otra de desapego por la tentación del poder a cualquier costo.
Lo que hay que ver es cuántos son capaces de hacerlo. Fuente (Rawson online)