
La denominada Fundación Olivia nació hace cinco años atrás como forma de remediar la desocupación que generaba piquetes en zona norte (nada distinto a lo que sucede hoy en Caleta) y básicamente consistía en financiar a través de aportes de las operadoras petroleras un emprendimiento que diera trabajo a cientos de personas, se prepararan para insertarse en el mercado laboral de la ciudad y la región y que a la vez desarrollara una producción genuina que lograra la autosustentabilidad en el tiempo, con la venta de los insumos que produciría.
Los años pasaron y los aportes siguieron cayendo en la caja de la Fundación Olivia bajo la gerencia de Mario Bellomo. Sin embargo, a pesar de fabricar bloques, ladrillos, adoquines y demás insumos para la construcción, nunca llegó a autofinanciarse y por el contrario un día las operadoras dijeron basta y decidieron cortar el flujo de fondos previo a una auditoría que arrojó un resultado que a las petroleras no las satisfizo.
Cuando las operadoras dejaron de aportar, el Estado provincial se hizo cargo de sostener a esta organización deficitaria que concentra cerca de 300 personas. Posteriormente ante la crisis, el sector de trabajadores vio que los pagos mensuales de salarios no se hacían en tiempo y forma y terminaron manifestándose en las calles y cortando la ruta nacional Nº 3.
En último conflicto se arregló con zurcidos que los propios trabajadores advierten como muy cortoplacista. Se convocó a una mesa de negociación donde intervino el Intendente Fernando Cotillo quien firmó un acta compromiso para darle seguridad laboral al personal por los próximos 6 meses y las petroleras se han comprometido a, durante ese tiempo, seguir aportando una importante suma de dinero. Los trabajadores no están conformes porque no saben qué pasará después de esos seis meses.
Mario Bellomo fue “corrido” a un costado y en su lugar asumió como Director Ejecutivo, su fundador, Daniel Notaro. Lo extraño de todo esto es que ni el Intendente, ni Notaro ni el gobierno de la provincia, estén realmente interesados y ocupados en aclarar mediante una exhaustiva investigación contable (auditoría mediante) cuál es el estado de las cuentas de la Fundación, por qué no se llegó a la autosustentabilidad, dónde fueron a parar los ingentes fondos que mensualmente ingresaron a su caja, cómo se invirtió mes a mes el dinero que aportaban las operadoras y los más importante dónde está el informe de Auditoría que encargaron las petroleras teniendo en cuenta que a partir de ese informe decidieron el retiro de los aportes con que sostenían a esta organización de trabajo.
Las fuentes consultadas por esta Agencia en la ciudad de Caleta Olivia indican que Notaro no tiene ningún interés que se revise lo actuado; de hecho Bellomo ha sido una de las personas dejadas allí por él mismo a cargo de la Fundación. También indican las fuentes que la Fundación se había burocratizado a límites insostenibles y que la plata en su mayoría se iba en sueldos y no había un verdadero sentido empresario que tuviera como meta la sustentabilidad y el acopio de capital para desprenderse de los aportes externos.
Un ex trabajador de la Fundación le confió a nuestro cronista que “hay sueldos altos para la media del mercado que pueden llegar a los 5 o 6 mil pesos y que la Gerencia manejaba mucha plata”, indicó “lo que pasa es que las Operadoras se cansaron de poner plata para que un par de vivos se las llevaran”, dijo y sostuvo que si se conociera realmente el informe de auditoría que mandaron a hacer las petroleras “se caerían más de una máscara y seguramente el que las usó no aparecería, porque lo están tratando de cubrir desde la misma política”, expresó.
Actualmente los trabajadores exigen que el Intendente Cotillo y el gobierno provincial les aseguren la fuente laboral por cinco años. A pesar de los esfuerzos de la dirigencia política no se ha logrado un compromiso cierto por parte de las operadoras a seguir aportando por ese tiempo y se ha estipulado como plazo máximo, solo 6 meses. Esto no conforma a la gente que ha llegado a decir que no les interesa “quien ponga la plata” pero piden que se les confirme que la fuente laboral está asegurada por cinco años más.
En tanto el nuevo Director Ejecutivo Daniel Notaro minimizó la importancia de “revisar lo hecho hasta ahora” y con el argumento de que “debemos mirar hacia delante y ver como resolvemos el problema de esta gente”, intenta dar vuelta la página junto al Intendente Fernando Cotillo, en una evidente falta de voluntad política por conocer a fondo cómo funcionó hasta hoy la Fundación Olivia y si su existencia fue verdaderamente un objetivo de asistencia al trabajador o solo un nicho de negocios para algunos pocos en detrimento de muchos. (Agencia OPI Santa Cruz)