
A Janet Delaney no paraban de preguntarle sobre su embarazo, debido al prominente abdomen que portaba. Sin embargo, ella se había esterilizado hacía 13 años porque con su marido decidieron no tener más hijos.
Tras acudir varias veces a urgencias por fuertes dolores, los médicos le dijeron que sufría del síndrome de intestino irritable. Pero ante la reiteración de los episodios, la mujer realizó otra consulta médica a través de la cual le detectaron un quiste cancerígeno en el ovario de más de siete kilos.
El hecho ocurrió en la ciudad inglesa de Manchester.
Según el diario inglés Daily Mail, Delaney manifestó su disgusto hacia los médicos por no haber advertido el problema, pero también porque al parecer “una embarazada de nueve meses, la gente me cedía el asiento en el autobús preguntándome por mi bebé”, relató la mujer.