
PUERTO PRINCIPE (Reuters) - Hasta 200.000 personas podrían haber muerto en un terremoto que devastó Haití, dijeron el viernes 15/01 las autoridades de la empobrecida nación caribeña, donde 3/4 partes de la capital deberán ser reconstruidas.
El hambre y la desesperación comenzaron a derivar en brotes de violencia, con pandillas asolando a las víctimas que esperan desesperadamente ayuda internacional.
"Ya hemos recogido alrededor de 50.000 cadáveres y anticipamos que habrán entre 100.000 y 200.000 muertos en total, aunque nunca sabremos la cifra exacta", dijo a Reuters el ministro del Interior, Paul Antoine Bien-Aime.
Otro funcionario dijo más temprano que ya habían sido sepultados unos 40.000 cadáveres en fosas comunes.
Si las cifras se confirman, el terremoto de magnitud 7.0 que azotó a la empobrecida nación caribeña el martes sería uno de los 10 más letales de los que se tenga memoria en el mundo.
El presidente haitiano Rene Preval, cuya residencia fue uno de los miles de edificios demolidos, comparó la devastación con una guerra.
"El daño que he visto se puede comparar con el daño que se puede ver si el país hubiera sido bombardeado por 15 días. Se parece a una guerra", dijo Preval, de 66 años, a Reuters en una entrevista afuera de la estación de policía donde está alojado y donde trabaja.
Tres días después del sismo, pandillas comenzaron a atacar a los sobrevivientes que viven en las calles en campamentos de toldos improvisados con sábanas y palos, entre escombros y cadáveres en descomposición. Réplicas del temblor continuaban sacudiendo Puerto Príncipe el viernes.
El secretario de Estado para la Seguridad Pública, Aramick Louis, dijo que Preval teme que la desesperación esté transformándose en violencia.
"Estamos enviando a nuestra policía a las áreas donde los bandidos están comenzando a operar. Algunas personas están robando. Eso está mal", dijo Louis.
Hubo algunos saqueos en el centro de Puerto Príncipe, donde un cadáver fue quemado y se oyeron disparos, según un testigo.
"La gente que está en los lugares de refugiados, una vez que no encuentra comida y asistencia, se enoja y se altera. Nuestro mensaje es que todos deben estar calmados", remarcó Louis.
Gobiernos de todo el mundo están enviando ayuda humanitaria y equipos de rescate a Haití, que antes del terremoto era ya la nación más pobre del hemisferio occidental.
Pero la distribución de ayuda enfrenta enormes problemas logísticos, incluyendo la saturación del pequeño aeropuerto y un puerto seriamente dañado.
Las calles y carreteras continuaban bloqueadas por trozos de árboles y escombros, lo que complica el transporte de la ayuda.
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, anunció que visitará Haití el sábado. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que viajaría "muy pronto".
Ambos aterrizarán en una ciudad donde, según funcionarios locales, un 75 por ciento de los edificios fueron destruidos o necesitarán ser reconstruidos.
En tanto, la ONU pidió el viernes más de US$ 500 millones en ayuda para el devastado país.
El ministro de Salud haitiano, Alex Larsen, dijo a Reuters que no tiene recursos para enfrentar la tragedia: "No tengo ni un poco de algodón. Estamos esperando equipamiento y medicinas. Algunas cosas ya llegaron y estamos agradecidos".
La violencia
Los habitantes de la devastada capital costera Puerto Príncipe pasaron otra consecutiva durmiendo en las calles, entre escombros y cuerpos en descomposición, mientras las réplicas remecían los ya destruidos vecindarios.
"Hemos perdido todo. Estamos esperando la muerte. No tenemos nada que comer, ningún lugar donde vivir. No hemos tenido ayuda. Nadie ha venido a vernos", dijo Andres Rosario, desde un improvisado asentamiento levantado por sobrevivientes en un vertedero de basura de la ciudad.
Sobrevivientes andrajosos elevaban sus brazos a reporteros extranjeros en las calles, rogando por agua y comida.
USA espera tener entre 9.000 y 10.000 soldados en Haití para el lunes 18/01.
El Departamento de Estado dijo que las autoridades de Haití entregaron temporalmente el control del principal aeropuerto de la nación a Estados Unidos, para acelerar el flujo de ayuda.
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo que lo principal era entregar comida a los damnificados.
"La clave es llevar el agua y la comida al área tan pronto como sea posible para que las personas no se vuelquen a la violencia en su desesperación y lleven a un deterioro de la situación de seguridad", dijo en un reporte de prensa.
En una señal de que los esfuerzos internacionales podrían superar las diferencias ideológicas, el Gobierno comunista de Cuba permitió que las Fuerzas Armadas estadounidenses usen su restringido espacio aéreo, lo que reduciría en 90 minutos el tiempo de vuelo entre Miami y Puerto Príncipe.
Saqueos
A pesar de que algunos efectivos de las fuerzas de paz de Brasil estaban patrullando las calles, se reportado saqueos.
En un supermercado destruido, decenas de personas revolvían entre los escombros para intentar alcanzar la comida que quedó enterrada tras el sismo. Justo afuera del barrio bajo de Cite Soleil, personas desesperadas rodeaban una tubería de agua rota, empujándose para beber o llenar baldes.
Algunos haitianos desesperados bloquearon el jueves las calles con cadáveres en una parte de Puerto Príncipe para pedir que la ayuda llegue más rápido, dijeron testigos.
Trabajadores de asistencia comentaron que estaba llegando algo de ayuda a las personas, pero de forma caótica, y dijeron que se necesita más coordinación de forma urgente.
"La ayuda está cerca. Más ayuda está en camino. Estamos haciendo todo lo que podemos, pero todavía demorará días en llegar la ayuda a todos los lugares necesarios", dijo el teniente general Ken Keen, que coordina los esfuerzos de las Fuerzas Armadas estadounidenses.
Helicópteros de la Armada estadounidense comenzaron a llevar agua potable a la población y transportar heridos a un hospital de campaña montado cerca del aeropuerto.
Agilizar
La ONU trata de agilizar la distribución de la ayuda que llega a Haití, ante el temor de que los tres días sin apenas agua y alimentos por los que ya han pasado los millones de afectados por el seísmo lleven a desórdenes en el desolado Puerto Príncipe, dijeron responsables del organismo.
Aseguraron que son conscientes de que las dificultades para hacer llegar a las víctimas los cargamentos de asistencia que se acumulan en el aeropuerto de la capital haitiana pueden conducir a un deterioro de la tensa situación que vive el país.
"La distribución es un problema, y es una gota en el océano. Lo sabemos y compartimos la impaciencia, pero hay limitaciones a la distribución por falta de camiones, combustible y el bloqueo de las carreteras", dijo el subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitario, John Holmes.
El diplomático británico resaltó que son conscientes del "enojo y la frustración" de los supervivientes de la catástrofe, que duermen precariamente a la intemperie. De todos modos, aclaró que por el momento no se han producido graves incidentes de orden público, al tiempo que desmintió informaciones sobre el saqueo de almacenes del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
"No han sido saqueados. Es una información incorrecta, están intactos. Lo que hay es dificultades para acceder a ellos debido a las dudas acerca de su estabilidad", apuntó. Hasta el momento esa agencia humanitaria de la ONU ha hecho llegar alimentos a sólo unas 8.000 personas, pero espera llegar a contar en los próximos 15 días con raciones para 1 millón.
Ante el aumento de la tensión en Puerto Príncipe, los responsables de Minustah han reforzado las patrullas militares y policiales que garantizan la seguridad en la capital haitiana, dijo el portavoz de la ONU, Martin Nesirky. Al mismo tiempo, señaló que la Policía Nacional Haitiana trata de reorganizarse después de que el sismo la desarticulara por completo y su presencia se echara de menos en las calles.
Nesirky también indicó que siguen las tareas para tratar de encontrar supervivientes entre los escombros de la sede de Minustah, que colapsó a causa del terremoto, y en la que podrían estar atrapadas más de un centenar de empleados del organismo. Hasta el momento, la organización multilateral ha confirmado el fallecimiento de 36 integrantes de Minustah, entre policías, militares y civiles, además de 1 empleado del PMA.
La ONU presentará oficialmente en las próximas horas a los países donantes una solicitud de ayuda urgente de US$ 560 millones, unos US$ 10 millones más de lo inicialmente anunciado por el organismo. La petición incluye fondos para la distribución de agua, alimentos, refugios, servicios sanitarios y atención médica durante seis meses, así como para necesidades a mediano plazo, como la reconstrucción de infraestructuras, explicó Holmes.
También aclaró algunos datos sobre el grado de destrucción que el personal de Naciones Unidas ha observado en Puerto Príncipe. Cerca de un 30% de los inmuebles de la ciudad han quedado dañados o destruidos a causa del sismo, una proporción que se eleva al 50% en las áreas más afectadas por ese terremoto.
Coordinación
José Valverde, esposo de la funcionaria de la UE desaparecida en el terremoto de Haití, Pilar Juárez, ha pedido que los países organicen un mando único colegiado para que sea efectiva la ayuda humanitaria que está llegando y para retirar cadáveres de las calles.
En una entrevista telefónica concedida desde Santo Domingo, Valverde ha explicado que una de las prioridades es el envío de gasolina, por ejemplo, y ha insistido en que "hay muy buena voluntad en la solidaridad, en el envío, en recoger dinero, pero al final se queda en la carretera".
José Valverde y el hijo del matrimonio forman parte de la delegación de miembros de la UE en Haití que han sido evacuados y, tras evaluar lo que han visto y han sentido, ambos se han propuesto trabajar para que la ayuda llegue a su destino. Pilar Juárez, miembro de una conocida familia de La Granja (Segovia), de 53 años, considerada "la segunda" de la embajada de la UE en Haití, sentía pasión por los asuntos de cooperación y ayuda humanitaria, según su esposo.
En la entrevista, Valverde sigue lamentando que "el problema es que la organización de Naciones Unidas está descabezada, nadie sabe nada dónde hay que llevar la ayuda humanitaria, es preciso que se monte un gabinete de crisis colegiado a nivel de todos los donantes, no que cada uno tome una iniciativa por separado".
Que cada país actúe por su cuenta, según el esposo de la española desaparecida, "no sirve para nada, por ejemplo los soldados que llegan llevan logística para ellos y no para ayudar al pueblo haitiano".
Para Valverde, "la ayuda humanitaria no está llegando a su destino, hay mucha hambre, muchos muertos, he vivido una situación de estrés muy fuerte, miles de personas fallecidas en la calle. Tiene que haber una estrategia para recoger esos cadáveres porque si no va a haber un proceso epidemiológico grave".
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