La prueba más cabal de que la investigación del triple crimen de Gral. Rodríguez es una papa caliente para la Justicia, la ha dado en las últimas horas el juez Federal Julián Ercolini, al declararse incompetente en la causa en la que se investiga la muerte de Emiliano Marcos, el testigo clave del expediente referido.
Marcos fue arrollado por un tren en la estación Villa del Parque de la Capital Federal y su novia Natalia sufrió un incidente similar que se investiga en estas mismas horas.
En ese contexto, hay dos hechos que llaman poderosamente la atención: por un lado, se comentó la posibilidad de que Ercolini habría obtenido los resultados del peritaje sobre el cuerpo del fallecido testigo Marcos. ¿Se habrá excusado el juez luego de haber visto esas conclusiones? Más aún, ¿se habrá confirmado el suicidio o se habrá comprobado que fue instigado a la muerte?
Por otro lado, es sumamente sugestivo que, de los cinco testigos de identidad reservada que quedan en el expediente, al menos tres de ellos no tengan custodia aún.
A esta altura, hay muchas dudas y unas pocas certezas. Algunas de ellas:
-Está comprobado que el triple crimen está relacionado con la adulteración de medicamentos y la recaudación de los fondos de campaña del Frente para la Victoria del año 2007, y no al tráfico de efedrina.
-Desde un comienzo, hubo un gran esfuerzo por parte del kirchnerismo de desviar la indagación hacia el juzgado de Federico Faggionato Márquez, alejándolo de toda responsabilidad oficial e intentando introducir a narcos mexicanos en la trama.
-La mayoría de los implicados en la trama del triple crimen han contado con protección de importantes funcionarios del gobierno de turno.
-Un conocido operador judicial intentó presionar en nombre del gobierno al fiscal de Mercedes Juan Ignacio Bidone.
-El mismo operador logró meses antes que la primera fiscal de la causa, Ana María Yacobucci, abandonara la investigación de ese expediente.
En el marco de lo antedicho, llama la atención el elocuente silencio del kirchnerismo en torno a los graves hechos ocurridos en las últimas horas respecto a lo ocurrido con los testigos “clave”.
Ese mismo “sigilo oficial” se dio al momento de ser detenido Martín Lanatta, funcionario inorgánico del Renar y mano derecha del jefe de Gabinete de Ministros de la Nación, Aníbal Fernández. Nadie en esas horas se atrevió a decir palabra alguna.
Como puede verse, cuanto más avanza la investigación del triple crimen, más aparece la mano del propio gobierno detrás, ya sea a través de los fondos que financiaron la campaña de Cristina Kirchner —provenientes del narcotráfico, según el fallecido Sebastián Forza—, ya sea a través de los mortales negocios de adulteración de medicamentos a través de megasospechadas droguerías.
Más temprano que tarde, oportunos funcionarios del gobierno deberán dar las explicaciones del caso.
Mientras tanto, el expediente por la muerte del testigo Marcos va camino al escritorio del fiscal Bidone, quien deberá determinar si este se suicidó, fue instigado a hacerlo o fue asesinado. En caso de que no haya sido una muerte espontánea, el joven funcionario tendrá que tomar coraje y atreverse a investigar lo mismo que Ercolini desestimó.
Ya en su momento, por animarse mostrar cierta independencia al comienzo de esta misma causa judicial, Bidone sufrió las restricciones más insólitas desde el propio gobierno. Por caso, le fueron limitadas las llamadas telefónicas de su teléfono celular.
Con ese antecedente, ¿se atreverá el fiscal a llegar hasta las últimas consecuencias?
Christian Sanz
Especial para MDZ On line
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