Un preso pudo haber mandado a matar al abogado de Olavarría

Marcos Alonso, un abogado penalista de Olavarría de 42 años que estaba desaparecido desde el lunes, fue encontrado ayer asesinado de siete balazos, atado, amordazado y con un billete de dólar en la boca, en el asiento trasero de su auto estacionado en una calle del centro de esa ciudad bonaerense.




Ayer, fuentes policiales precisaron a la agencia de noticias Télam que se sigue la pista de una venganza o un ajuste de cuentas vinculada con su profesión y, en ese sentido, se orientan a un "crimen mafioso" cometido por "algún cliente disconforme".

Ahora, el diario Clarín indicó en su edición impresa del miércoles que la Policía sospecha que el asesinato pudo haber sido encargado por Walter Gallastegui, preso por tentativa de homicidio en la comisaría de Tapalqué. Ese acusado está apresado en una seccional de Tapalqué y, según testigos, estaba muy enojado con su abogado porque había prometido lograr su excarcelación y no había cumplido. Además, las fuerzas del orden tiene en la mira a siete personas como los posibles autores materiales.

Al parecer, Alonso habría aceptado defender a Gallastegui, quien en noviembre pasado intentó asesinar de 11 disparos a Fabricio Armendano, era amigo del abogado. El letrado le habría dicho al agresor que, si se entregaba, lograría su libertad, algo que al final no sucedió y que sería el disparador del crimen.

Alonso se comunicó con su familia por última vez el lunes cerca de las 14, cuando le dijo a su esposa que regresaría más tarde de lo habitual ya que tenía algunas cosas que hacer. Alberto Macchioli, socio de la víctima, contó por su parte que la última vez que lo había visto fue el viernes al mediodía" y el lunes habló por teléfono a las 11:20: "No estaba nervioso, estaba normal. Le pasé un mensaje de texto a eso de las doce menos cuarto y ya no me lo contestó. Después sí hubo una comunicación con el secretario para que recibiera una suma de dinero que tenía que pasar a buscar", relató el socio.

El abogado contó que cerca de las 18:20 lo llamó la mujer de Alonso para decirle que "no aparecía". "Lo empezamos a buscar por todos lados, consultamos con la policía y el hospital y a las nueve de la noche radicamos la denuncia", indicó Macchioli.

El penalista se hallaba asesinado en el asiento trasero de su Peugeot 307 gris, con vidrios polarizados, estacionado en la calle Chiclana al 2100, entre Del Valle y Pellegrino, en una zona céntrica de Olavarría. La Policía detalló que el cuerpo se hallaba recostado en el asiento trasero, que tenía los brazos sujetos hacia atrás con precintos y presentaba varios orificios en el pecho y en la cabeza. Además, los asesinos le colocaron en la boca un billete de dólar y luego lo amordazaron con cinta de embalar.

Vecinos de la zona del hallazgo dijeron haber visto el auto de Alonso abandonado allí desde el lunes a las 16, por lo que se procuraba establecer si alguien observó a algún sospechoso.





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