
Si las elecciones fueran hoy, el kirchnerismo no podría posicionar ningún aspirante con posibilidades, sacando el actual gobernador que es el único del FPVS-PJ que guarda aún un porcentaje de imagen positiva importante de acuerdo a los sondeos encargados desde el oficialismo, por encima de cualquier otro en que haya pensado el ex presidente. Sin embargo esa aceptación social es inversamente proporcional al grado de acercamiento que tenga con las políticas implementadas por Kirchner, especialmente de los sectores del peronismo histórico y de los independientes.
Hace unos meses el gobierno nacional mandó a medir la imagen de Julio de Vido en Santa Cruz, de allí la versión que sería el Ministro de Planificación el próximo candidato a Gobernador por el FPVS; sin embargo la muestra, según los datos a los que tuvimos acceso, les arrojó un resultado del 1,5% de aceptabilidad en la ciudad de Río Gallegos y del 7% en toda la provincia. Con estos guarismos es imposible que se piense en De Vido como candidato.
Fue el Intendente de Caleta Olivia, Fernando Cotillo, el hombre en el cual Kirchner tenía esperanzas para hacerlo competir en el 2011 en una fórmula acompañado con alguien de Río Gallegos, sin embargo, el traspié electoral del 28 de junio dio por tierra con las aspiraciones del abogado caletense, pues los votos que perdió en zona norte y más precisamente en su ciudad, hizo declinar toda chance de jugar en la liga mayor.
La llegada (advertida e informada por nosotros) de Rudy Ulloa a la provincia, entre otras cosas, tuvo como fin “reorganizar” el FPVS y fabricar un candidato con buena imagen para el próximo año. Dentro de los cuadros actuales no hay quien ofrezca un perfil como el que necesita el kirchnerismo. Los jóvenes que asoman tienen aspiraciones propias, tal el caso de Pablo Grasso y Gómez Bull que habitan el Consejo Deliberante de la ciudad capital, pero, como lo señalaron viejos dirigentes políticos, no han madurado lo suficiente para ser tenidos en cuenta en la provincia, ni siquiera para la Municipalidad de Río Gallegos, bastión que luchará por retomar el FPVS y donde se perfila la Concejal kirchnerista Adriana Reyes, quien no cederá su espacio, menos aún a quienes le dieron la espalda en la última elección para la presidencia del HCD.
Dale, yo te banco
Las fuentes consultadas señalan que el aparato financiero del candidato que aparezca en el horizonte del kirchnerismo será aportado por Lázaro Báez, que seguramente tratará de fabricar una imagen a fuerza de billetazos, aunque en el 2007 tuvo un rotundo fracaso con la fallida campaña a Intendente de su pariente Raúl Cantín, a quien le habían inventado desde una vocación de Papá Noel, haciéndole regalar juguetes en los barrios montado en camiones de la empresa Austral, hasta un horrible y enorme logo parecido a un salivazo, pretendiendo personalizar la campaña con marca propia.
Nada de eso anduvo; a veces la billetera no basta y las ideas son necesarias.
De esta manera el escenario hipotético que se podría presentar en la provincia de Santa Cruz serían tres posibles:
1) Que el kirchnerismo arme un candidato propio e intente llegar prescindiendo de la figura de Daniel Peralta, con quien Kirchner ha tenido indisimulables chisporroteos. Esta es la opción que manejó inicialmente el ex presidente cuando decidió colocar a su lugarteniente (Rudy) al frente de los restos de la tropa del FPVS en Santa Cruz.
2) Que Kirchner pacte un nuevo acuerdo con el actual Gobernador para que éste siga por dentro de su línea política y de esta manera asegurarse de captar todo el voto peronista que le es adverso. En este caso deberá conceder más de lo que está dispuesto y en nada favorecería al proyecto político de Peralta si es que tiene aspiraciones personales propias dentro del PJ.
3) Que Peralta se retire de la escena política, terminado su mandato, lo cual dejaría políticamente debilitado al PJ por la falta de una figura partidaria convocante. Esto podría suceder si no hay acuerdo entre ellos o si Peralta advierte que de ser reelegido no lo dejarán gobernar.
La opción 3 es prácticamente imposible y la 1, tal como se presenta políticamente el Partido a nivel provincial, es incierta, difícil y en este momento impracticable, excepto que se candidateara personalmente el propio Kirchner, situación altamente peligrosa, pues si perdiera, desaparecería completamente todo su capital político hasta en su propia tierra.
Ante la falta de aplicación de la fórmula Nº 1 queda como probable la opción 2, es decir, al igual que en el 2007 Kirchner necesitaría de Daniel Peralta para armar un frente político que conjugue los elementos mínimos que debe tener un candidato para no perder la hegemonía que tienen desde el `91.
Sin embargo aquí el panorama se le complica un poco al ex presidente. Primero porque Peralta sabe que el matrimonio no tiene candidato y por lo tanto, la única manera que accedería sería negociando una transitabilidad decorosa del tiempo que le falta para terminar su gobernación hasta 2011. Esto es lisa y llanamente que Kirchner baje la orden de cascotearle el techo, tal como quedó en evidencia la noche en que Rudy Ulloa juntó a los muchachos del Partido (con ausencia del propio Peralta) para condicionar su gobierno y asegurarle una paz kantiana si obedecía el mandato supremo.
El 28 J pateó el tablero y las estrategias del ex chofer quedaron solo en la servilleta del restaurante De Vicente y en El Periódico. Ahora bien, ¿Cuál puede ser el juego de Peralta en vista de la nueva situación política que se le presenta a Kirchner?, negociar que en lo que resta de su mandato no le falten fondos para pagar sueldos, para cubrir los déficit de las Cajas, no se presione con el despido en la construcción, no se bajen las inversiones y colaboren en la contención del delicado equilibrio social de zona norte buena parte de cuyo problema dejará en manos del Intendente Cotillo. Pero por sobre todo, lo que seguramente va a pedir es que la militancia se encolumne en una sola fila de frente y al fondo, habida cuenta que el 28 de junio un gran espectro del PJ les jugó en contra a los candidatos del FPVS que sufrieron la derrota.
Si Kirchner accediera a esto (algo no tan simple) habría que ver cómo conjuga Peralta un discurso convincente hacia la gente de que él es él pero va a seguir asociado políticamente a Néstor Kirchner, que hoy en Santa Cruz tiene poco crédito político y mucho trabajo por hacer para reunir a los suyos después de la diáspora de los últimos tiempos.
Eduardo Costa
El diputado Radical seguramente va a ceder a las pasiones de todo mortal dedicado a la política, que finalmente termina haciendo lo que critica de la oposición y en menos de dos años de su mandato decidirá, “porque se lo pide la gente en la calle, o su partido” postularse como candidato a Gobernador, confirmando de esta manera que es un émulo de Scioli o Cotillo, al transformar en testimonial, un cargo electivo que el pueblo de su provincia le otorgó para que legisle.
Claro está que Costa viene subido a un triunfo que cosechó con ayudas extrapartidarias y como hombre inteligente que es, sabe que todos los votos que lo favorecieron en las elecciones pasadas no son genuinos, fue una simple manifestación de contrariedad que hicieron muchos Peronistas para castigar a su propia dirigencia, acostumbrada a segregar y digitar voluntades caprichosamente, desde los tiempos en que Néstor no le daba a nadie oportunidad de elegir. La urna del 28 tembló por los desacatados de adentro del partido peronista y el kirchnerismo acusó el impacto sin que pudiera evitar los efectos colaterales de tal fracaso.
Sin embargo aquellos peronistas que votaron a Costa en las elecciones legislativas, para castigar a los suyos, no lo van hacer en esta instancia. La razón es simple. Aquella fue una elección “menor”, donde no se jugaba la gobernabilidad; en cambio en el 2011 (si no se adelantan los comicios, como pareciera ser la voluntad del ex presidente) ningún Peronista va a permitir que la provincia caiga en manos Radical. Por este motivo, los votos del PJ que derramaron sobre el vaso de Eduardo Costa, esta vez no derramarán.
Si Costa ganara las elecciones provinciales y a nivel nacional se reedita el kirchnerismo, tendría una gobernabilidad imposible de sostener en Santa Cruz y terminaría sometiéndose a la presión del gobierno K, a quien debería acudir cada vez que necesitara hacer frente al descomunal desfinanciamiento que le dejaría el gobierno saliente. El hoy diputado tendría una titánica tarea para soportar los embates destituyentes de la Cámara. Ni hablar de las operaciones de prensa difundida desde los órganos oficialistas y las dificultades económicas que lo trabarían.
La posibilidad más cercana que tiene Costa para gobernar discretamente la provincia, sería que a nivel nacional triunfara uno de los candidatos Radicales. En ese caso no estaría bajo tanta presión y se aseguraría que le ayudaran a administrar Santa Cruz a través de políticas más flexibles.
El gran problema que tiene la oposición en la provincia es que el empelado público no va a poner el voto en el candidato que no le asegure estabilidad (léase, que no va a perder el trabajo) y como sabemos ningún candidato opositor (sea quien sea al que le toque) va a sincerarse de cara a la sociedad y decir que la plantilla de empleados provinciales se debe reducir en un 30%, que va a adelantar jubilaciones, que deberá producir achiques presupuestarios (incluyendo en las municipalidades), que sería más o menos por donde debiera comenzar un nuevo gobernador para aminorar la carga deficitaria con la que lo va a recibir el sillón de calle Alcorta.
Si se diera el tandem UCR en nación y UCR en Santa Cruz, la situación sería mucho más fácil para el gobernador elegido de la oposición, pero eso está lejos de concretarse y si bien hay un gran disconformismo en el país por la actitud de Kirchner y Cristina, principalmente en los últimos 4 años de gobierno, la gente no tiene definido un candidato y la pléyade de momias políticas que se mueven en el horizonte hacen sospechar que poco se va a resolver en Argentina con la salida de los Kirchner del poder.
El Radicalismo tiene a dos figuras claves, Cobos y Alfonsín. El primero con enorme reminiscencias delaurrista y apoyado por lo peor de la UCR, es decir, aquellos nefastos personajes que llevaron a Raúl Alfonsín y a De la Rúa a tener que escapar por los techos. Nos referimos a “Coti” Nosiglia, Storani, Moreau, Santibañez y una larga lista de inescropulosos que quieren volver al juego detrás de quien les dé lugar. Alfonsín, que posee mejor imagen, tiene poco vuelo político y está cimentado en la explotación marketinera de su parecido físico con el padre, trasvasando en él la mítica que supo sembrar el caudillo Radical aún entre quienes no eran del partido. Sin embargo con eso no alcanza y muchos que no quieren votar a los peronistas, tampoco lo harán por los Radicales, si no presentan una fórmula clara, transparente, con caras que no necesiten tanto maquillaje (que de hecho los tiene el Partido) y un gabinete que no albergue las sombras del reciente pasado.
¿Qué hará Costa si se propone como candidatos, entonces?: incógnita. Seguramente la UCR en la provincia hará alguna alianza con partidos como la Coalición (donde la referente es la esposa del diputado) o con Encuentro Ciudadano, que viene perfilándose como una nueva opción, aunque con algunas disidencias internas. Sin embargo esta complexión a las alianzas que tienen los partidos de la oposición y más precisamente la UCR no siempre le han dado resultados y el votante independiente no la ve positiva.
Recordemos la inexplicable unión que buscó Costa en el 2007 con los rezagos del FPVS, encabezados por Sergio Acevedo, Pérez y compañía. En aquella oportunidad alertamos con mucha anticipación el desenlace de ese matrimonio y horas antes de conformarse las listas, los egos y los pergaminos de gente que tendría que haber hecho silencio por el fracaso político rotundo del que habían salido, destruyeron la alianza antes de que el embrión pudiera respirar. Costa no creyó que esto podría suceder; y sucedió.
Concluyendo
Nuevamente como en el 2007 el panorama político muestra una polarización muy definida en las elecciones a gobernador. Nadie admite quién puede aparecer como candidato de uno y otro partido que no sea Peralta y Costa. En este marco Peralta va a exigirle a Kirchner que si quiere contar con él, además de ayudarlo en la gobernabilidad, encolumne la tropa peronista detrás de su proyecto porque no va a querer entregarle el gobierno a Costa. El actual gobernador sabe que si el peronismo llega dividido a las elecciones, podría reeditarse el fracaso del 28J y esto eliminaría su futuro político o al menos lo complicaría bastante.
Eduardo Costa sabe que el Radicalismo no tiene para elegir. Es el candidato que ganó las últimas dos elecciones y por otro lado los otros referentes fuertes en la provincia, Freddy Martínez y Héctor Roquel no tienen todo el consenso interno y popular que tenían hace tres o cuatro años atrás, por lo tanto no representan ninguna amenaza para sus aspiraciones y sí, previsibles fracasos para el propio partido que previo a una elección se canibaliza en internas feroces.
Indudablemente que ambos (Costa-Peralta) tienen los próximos meses para delinear su futuro político y las aspiraciones de lograr la corona en el 2011. Peralta sometido al desgaste propio de la tarea de gobernar una provincia con dificultades y la presión de kirchner y Costa con la obligación de dejar el discurso Light, a medida que se acerque el tiempo de campaña y decir concretamente cuáles son las recetas que aplicará para resolver los problemas de Santa Cruz con o sin gobierno afín en la nación.
Como en el 2007, Kirchner tiene el mismo escenario en Santa Cruz; veremos como se resuelve el dilema. El pueblo de Santa Cruz demostró que el voto castigo es una herramienta posible de aplicar, sin embargo para el 2011 el escenario será otro y las fichas partidarias se volverán a acomodar. Y en esto de anudar voluntades (como sea) e invertir la carga de las desventuras, Néstor Kirchner tiene años de experiencia y a pesar de disentir con los métodos, hay que reconocer que no le ha ido tan mal. (R. Lasagno/Agencia OPI Santa Cruz)
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