La intención de Kirchner de liderar las listas a concejales con los Intendente y de diputados con gobernadores leales, pone de manifiesto una vez más que al presidente del PJ lo único que le interesa es salvar sus propias pilchas, sin importarle el futuro político de quien le sirve.
Cualquier elector que haya puesto su voto por un Gobernador o Intendente para que durante 4 años gestiones los problemas de la ciudad o la provincia, ve como un fraude esta movida política para ocupar espacios, asegurarle el triunfo en el Congreso al FPVS y manosear la voluntad popular para sostener un poder partidario.
Kirchner se olvida que si bien a sus acólitos los puede hacer pensar que “todos deben encolumnarse detrás del proyecto”, la gente es la que tiene la decisión final en las urnas y, salvo los militantes de su partido, a nadie le importa sus preocupaciones por retener el poder.
Para un Gobernador esta jugada le implica más riesgos que beneficios. De hecho un mandatario provincial como el de Santa Cruz arriesgaría su gobernabilidad ante el posible rechazo del electorado, que por un lado ve que se olvida del mandato que le dieron, solo para favorecer los caprichos de Kirchner de quien pretende diferenciarse y por otro, porque se hace cómplice del fraude popular, pues antes que se produzcan las elecciones el hombre común es conciente que el Gobernador no asumirá cono diputado, transformando su gestión y su futuro político, en un irremediable mamarracho.
En el caso de Santa Cruz específicamente, Peralta, si accediera a esta falsa postulación, perdería las posibilidades de construir un espacio propio y si por alguna razón llegara a perder en las urnas, su gobierno quedaría con fecha de vencimiento.
Aún en caso de ganar, el Gobernador de Santa Cruz tendría que explicarle a la gente por qué se presta a este juego sucio y en su “vuelta” a la gobernación deberá – seguramente – enfrentar un momento político muy complejo hasta el 2011.
Por otra parte, es posible que si Peralta accede a ser cabeza de lista de Diputados, los gremios en la provincia atacarán fuertemente al gobierno con sus reclamos, porque de alguna manera, van a hacer suyo el argumento de que el Gobernador está más interesado en obedecer la estrategia política de Néstor Kirchner, que responder a un plan propio de gobierno para resolver los serios problemas que enfrenta Santa Cruz y que cada vez se agravan más.
La jugada que propone Kirchner es el último recurso ante la perspectiva de perder mayoría en el Congreso, lo cual dejaría al gobierno nacional sensiblemente tocado en su punto débil que son las decisiones parlamentarias, pues dejaría de tener el número que necesita para hacer lo que se le antoje, de allí que el mensaje por elevación que tiran algunos personeros del kirchnerismo sea “si perdemos, el gobierno se va”.
En Santa Cruz se está produciendo por estas horas, el cónclave de El Calafate de donde seguramente van a salir los candidatos que encabezarán las listas. Si de allí surge que en vez de cualquiera de los nombres que están en danza, aparece el del propio Daniel Peralta, se va a escribir otra historia en Santa Cruz y también en el futuro político y personal del mandatario provincial.