
La respuesta del simulador es, cuando menos, sorprendente, aunque responde plenamente a lo quela física dicta. El mapa inferior ilustra lo que sucedería, en el imaginario caso de que la Tierra se “cansara” de girar en el espacio. La simulación muestra cómo, con la única presencia de la gravedad del planeta, como fuerza capaz de afectar a los océanos, el agua de éstos migraría hacia las regiones polares donde el campo gravitatorio es más fuerte relativamente en comparación con las áreas ecuatoriales, debido a la peculiar forma de geoide de nuestro mundo, esto es, una esfera ligeramente achatada en los polos. Así, nacerían dos grandes océanos polares y una gran franja central con tierras emergidas en paralelo a la región ecuatorial. La línea roja representa la divisoria entre los dos nuevos hemisferios según el balance de las aguas entre ellos. Naturalmente, ésto únicamente es un ejercicio imaginativo alejado de cualquier escenario real.