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INTERNACIONALES
El intenso fenómeno de la “obama-manía” -aunque estos días empieza a desinflarse un poco ante la opinión pública americana- ha tenido muchas y rentables aplicaciones comerciales. Con anunciantes dispuestos a vender toda clase de productos asociándose con el efectivo marketing político o la imagen carismática del político afro-americano. Sin embargo, la extensión de esas prácticas a las hijas del presidente Obama está generando una cierta polémica en Estados Unidos sobre la legitimidad de este tipo de manejos publicitarios.
Aunque durante los últimos meses, se ha intentado aprovechar la imagen de Sasha y Malia para vender desde muñecas a ropa infantil, el techo parece haberse tocado con una campaña de activistas sanitarios a favor de una buena dieta en los comedores de la enseñanza pública de Estados Unidos. Esfuerzo a cargo del grupo conocido como Comité de Médicos para una Medicina Responsable (PCRM), que ya ha colocado los primeros carteles en el transporte público del centro de la capital Washington.