
El gobierno de Brasil tiene un nuevo plan para la industria petrolera en su país. El presidente Luiz Inacio Lula Da Silva presento este lunes (31/8) un proyecto que envio al parlamento y que contempla una mayor participación estatal en la explotación del crudo de cara a los nuevos yacimientos descubiertos en los último años.
Mediante la nueva iniciativa, Brasil se convertirá en "dueño" del petróleo mientras las petroleras se convertirán en operadoras. En la actual legislación las empresas adquieren licencias para explotar hidrocarburos a cambio de regalías y derechos.
El objetivo de esta norma en aprovechar de una mejor manera las riquezas producida por el crudo para volcarlas en planes sociales. "Brasil necesita aprovechar, hacer un nuevo marco regulador, para que (la petrolera estatal) Petrobras pueda ser más fuerte, para que el Estado pueda ser dueño del petróleo y para que podamos crear un fondo para mejorar nuestra vida", dijo Lula en su programa radial y agregó que los recursos se invertirán en "3 vertientes básicas: cuidar de la educación, cuidad de la ciencia y la tecnología y cuidar de la pobreza en el país".
Antes de presentar el proyecto Lula se reunió con los se reunió con gobernadores de estados petroleros con quienes ultimó los detalles sobre la ley del explotación de los campos gigantes en la que se contempla también crear una nueva empresa (Petro-Sal, cuya función será administrar los llamados "mega-campos").
Lula aceptó que el nuevo "marco regulador" petrolero continúe pagando regalías a los estados de Río de Janeiro, San Pablo y Espíritu Santo, en cuyas costas se encuentra en cuyas costas se encuentran las mayores reservas. Los tres gobernadores mencionados se habían opuesto a los planes del mandatario de compartir los futuros ingresos de petróleo con estados no productores.
El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, cuyo estado alberga gran parte de las compañías e instalaciones petroleras del país, había dicho el viernes (28/8) que el Gobierno estaba actuando como Robin Hood al proponer la redistribución de los ingresos provenientes del petróleo. Cabral agregó que el Gobierno también estaba sembrando falsas expectativas de que el crudo es una panacea para todos los problemas del país.
Por su parte, Lula dijo en su programa radial que Brasil no puede utilizar los millonarios recursos que recibirá en los gastos corrientes del presupuesto y que necesita establecer prioridades para permitir que ese petróleo convierta al país en una nación más rica y más desarrollada desde el punto de vista científico, tecnológico y educacional.
"No queremos exportar sólo petróleo crudo. Queremos exportar derivados. Y para eso necesitamos tener una gran industria petrolífera, necesitamos tener astilleros y construir las plataformas y las sondas aquí", aseguró.
Lula agregó que los recursos también tienen que ser aprovechados para construir un enorme polo petroquímico en el país.
Aseguró que el nuevo marco legal será enviado al Congreso para que la sociedad lo pueda debatir y para que Brasil pueda tener una nueva ley del petróleo que le garantice mayor participación al Estado y al pueblo.
La zona llamada "pre sal" comprende una franja de unos 800 kilómetros de largo por 200 de ancho que va desde el estado de Espíritu Santo (sureste) hasta Santa Catarina (sur).
Según los cálculos oficiales, los yacimientos que ya fueron otorgados en concesión en esas áreas tienen reservas por hasta unos 80.000 millones de barriles, casi cinco veces más que las actuales reservas probadas del país.
Un 29% del área del "pre sal" ya fue otorgado en concesión a diferentes empresas, razón por la cual la nueva ley regirá para el 71% restante.