
En medio de un notable silencio periodístico favorecido por el horario nocturno del fenómeno, desde el final de la tarde del lunes hasta la madrugada de ayer, quedaron sin energía y con algunas excepciones localizadas en algunos centros urbanos como la capital cordobesa, ocho provincias norteñas, a saber: Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Córdoba, Jujuy, San Luis y La Rioja. En la mencionada en primer término, la situación se agravó habida cuenta que la temperatura superó los cincuenta grados centígrados, lo que imposibilitó, entre otras cosas, el funcionamiento de los aparatos de aire acondicionado.
De acuerdo con lo que pudimos saber pese al silencio oficial, el corte se prolongó hasta la madrugada y sólo se supero a partir de las 4 de la mañana aunque en diversos y amplios lugares se demoró hasta pasadas las 6, cuando llegaron las primeras horas del día. Hasta ahora, no había sucedido un incidente de esta magnitud aunque si se repasan otros sucesos similares, puede hacerse un largo listado de cortes ocurridos en distintas zonas y ciudades que se suceden cada vez más seguidos y ya llaman la atención de los ciudadanos que soportan estos fenómenos sobre los cuales el gobierno mantiene un sugestivo silencio.
El problema a igual que los anteriores, el problema ocurrido anoche tuvo como causa formal el descenso de las aguas del dique de Río Tercero motivado por la intensa sequía que soporta la zona, pero la realidad se remonta a razones más profundas que hablan de la falta de mantenimiento y ausencia de las inversiones más elementales que aseguren el suministro energético mediante el sistema de interconexión automática que está desplegado en la Argentina.
Según fuentes seguras, hace tiempo que este suceso es previsible para los técnicos conocedores de la situación y tanto sería así, que pocos meses la propia presidente de la República fue alertada de la fragilidad de la estructura energética que alimenta la actividad del país. En tal sentido se le habrían expuesto las causas fundamentales de una peligrosa perspectiva, entre las que se destacan, en ese orden, las fallas técnicas que no fueron atendidas en su momento como corresponde, la sequía y otro factor concurrente: la sostenida huelga de los capitanes de ultramar cuyos buques traen fluido desde el exterior ya refinado o para procesar en la Argentina, lo que quita la posibilidad de poner en marcha alternativas termoeléctricas. Esto último contiene una dificultad adicional como es la utilización de combustible de origen venezolano, cuya pésima calidad, densidad y alto contenido de azufre daña las turbinas y motores para ponerlas en marcha.
De acuerdo con lo que se pudo conocer, a instancias de Néstor Carlos Kirchner la presidente Cristina desechó la urgencia y gravedad de este asunto pese a una seria advertencia en el sentido de hasta podría agravarse el panorama para fines de este año o comienzos del próximo por tres causas fundamentales, estacionales y concurrentes: el incremento del consumo de Gasoil con motivo de la campaña agrícola y el mayor uso de los aparatos acondicionadores de aire para combatir el ascenso de la temperatura cada vez más insoportable por el cambio climático. Por ejemplo, en clásicos lugares de veraneo como Necochea, el uso del agua está totalmente racionado lo que aporta un malestar adicional al que soporta la población en ese campo y el económico, por citar sólo estos dos casos.
En lo que respecta al corte de anoche se asegura oficiosamente que la dificultad se ubicó en la transportadora de energía Transener que, en definitiva, depende de Edenor, empresa que preside Marcelo Mindlin, de la intimidad de Néstor Carlos Kirchner. Esto incorpora una importancia adicional pues las estimaciones más optimistas ratifican que las maquinarias destinadas a la obtención energética pasarán a ser obsoletas o dejarán de funcionar dentro de pocas semanas. Por cierto, la demora generará un gran negocio crecido por la urgencia.