
Durante la calurosa mañana que se vive en Santiago y aledaños también concurrió a sufragar Bachelet, así como una gran cantidad de los 8,2 millones de electores que están habilitados para la consulta electoral en la que compiten el derechista Sebastian Piñera, el oficialista Eduardo Frei, el independiente Marco Eríquez-Ominami y el izquierdista Jorge Arrate.
Cada uno de los aspirantes presidenciales aprovechó el momento del sufragio para ratificar sus posiciones: Frei rechazó para Chile "un gobierno del mercado", Enríquez-Ominami dijo que hablar de pactos ahora es una "falta de respeto" a los electores, Piñera prometió hacer -si gana- "un gobierno mejor" y Arrate se mostró a favor de acuerdos de balotaje, pero sin darle "un cheque en blanco a nadie".
Bachelet, en tanto, quien próxima a dejar la presidencia goza de una opinión favorable de 80 por ciento de la población, dio por descontado que habrá segunda vuelta y celebró que esta vigésimosexta elección desde el retorno de la democracia en 1989 sea "un ejemplo de tranquilidad, normalidad y transparencia que hacen de Chile un país muy respetado".
"Hoy se está iniciando una jornada cívica más en nuestro país, en tranquilidad, en orden" destacó Bachelet ante la prensa, y expresó que esta es "la elección 26 desde 1989, que han sido un ejemplo de tranquilidad, normalidad y transparencia. La jornada de hoy no va a ser distinta".
La elección presidencial sólo se definirá en primera vuelta si alguno de los candidatos alcanza el 50 por ciento más un voto de los sufragios emitidos, algo que ninguna encuesta ha confirmado.
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