
La cinta de seguridad del lugar registró las imágenes. Se puede ver como el ladrón (debe apuntarse que se lo veía de menor tamaño que el muchacho de la caja registradora), entra al local y amenaza a los clientes, quienes retroceden.
Mas luego, cuando se acerca a la caja, saca una bolsa y exige que le den el dinero. Insólitamente, el cajero ignora al pequeño ladrón y le devuelve la bolsa sin poner un centavo, casi sin inmutarse.
El encapuchado vuelve a intentar, pero una vez más ve frustrado su intento de intimidación. De hecho, la señora que había retrocedido decide retirarse del lugar y un muchacho que también se encontraba en el negocio, saca su celular, en otra muestra que la situación era ya casi de una película cómica.
Finalmente, ignorado por todos, el ladrón se retira con el rabo entre las piernas, y con la bolsa vacía.

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