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Así las cosas. ¿Por que creerle a esta familia rika que no ha dado nunca conferencias de prensa; que hacía y hace llamar a las redacciones cuando aparecen notas que no le gustan; que “pincha” teléfonos; que maneja la pauta publicitaria oficial de 450 millones de pesos, según la sumisión que demuestre cada medio; que calificó de “fusiladores” a los medios y que pretende un país dibujado como el del INDEC, para ocultar la realidad, la verdad?
Pregonan “que se oigan todas las voces”, pero promueven el dejar en manos del Estado/Gobierno el poder para decidir quién puede tener medios, dónde y por cuánto tiempo. Embellecen con consignas “progres”, el espíritu totalitario del texto en cuestión.
Si perdemos la libertad de opinar, quien se rebele sufrirá el acoso de la AFIP, y si es necesario, de la patota. Total, nadie se va a enterar. Igual pasará con los conflictos gremiales de trabajadores de prensa y todos aquellos que afecten intereses de “capitalistas amigos”.
Entonces ¿Vamos a agachar la cabeza para que en nuestro extenso territorio reproduzcan el feudo que construyeron en Santa Kruz?
Nuestra Patria tendrá destino de grandeza y nuestro pueblo podrá superar estas miserias, si el camino lo hacemos entre todos, con consensos y grandes acuerdos nacionales.
Estas bandas disfrazadas de “patrióticas”, sólo buscan embolsar cuanto tienen a su alcance. Se burlan del bien común, mientras uno de cada tres argentinos está sumido en la pobreza sin remedio.
Por eso necesitan callarnos. Quieren completar el latrocinio.