
Zelaya habló desde la Embajada de Brasil, donde está refugiado, insistiendo en la ilegitimidad del proceso si él no es restituido en el poder. En un comunicado advirtió que la realización de las presidenciales bajo las condiciones del régimen de facto impuesto por los militares es "una aberración jurídica, una burla y un engaño al pueblo".
Por su parte, el gobernante golpista, Roberto Micheletti, dijo que se ausentará unos días y ese "gesto" fue bien recibido por Estados Unidos. Habló por cadena nacional y dijo que iniciaría una "ronda de consultas" para tomar esa decisión, que Brasil y otros países tomaron con ironía. Ni siquiera en Honduras saben quién debería reemplazarlo. Toda la estrategia de Micheletti, siempre, fue ganar tiempo hasta el 29. La "ronda de consultas" empezó ayer por la tarde con la UCD, el grupo de organizaciones progolpistas que lo apoya, legisladores afines y la Corte Suprema, que también avaló el derrocamiento de Zelaya.
En su mensaje, Micheletti señaló que el propósito de su retiro (que sería del 25 de este mes al 2 de diciembre) por un corto período "es que la atención de todos los hondureños y hondureñas esté concentrada en el proceso electoral y no en la crisis política".
Mientras los candidatos siguen de campaña, el gobierno de EE.UU. dijo que le "satisfacía" que "se tome una licencia", según el vocero del Departamento de Estado, Robert Wood. "Nos permite algo de espacio para que el proceso de Honduras avance (...) y que el pueblo se enfoque en las elecciones".
El candidato presidencial por el opositor Partido Nacional, Porfirio Lobo, favorito según los sondeos, dijo a un canal de televisión que el ofrecimiento de Micheletti de ausentarse "ha sido bien analizado'' y que busca enviar el mensaje de "que él no quiere que el proceso se empañe''.
Otra fue la opinión de Zelaya. "Es una maniobra fácil... para engañar bobos'', comentó sobre la licencia de Micheletti.
La Resistencia Nacional que lo apoya y la mayoría de países latinoamericanos no reconocerá el comicio. Inclusive el candidato más afín a Zelaya, Carlos Reyes, anunció que no participará. Sin embargo, es improbable que el régimen de Micheletti acepte posponer los comicios.
El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunirá el lunes a puertas cerradas para analizar la situación. Hasta ahora, su rol fue pobre y no pudo resolver la crisis. Deberá analizar una posición común para luego de los comicios, indicó una fuente. EE.UU. avala las elecciones. La crisis del país centroamericano será debatida demás en la Cumbre Iberoamericana que se celebrará esta vez en la localidad portuguesa de Estoril del 30 de noviembre al 1 de diciembre, dijo ayer el canciller costarricense, Bruno Stagno. La Cumbre, añadió, se iniciará "horas después de que concluya el proceso electoral en Honduras" del 29 de noviembre, lo que "ciertamente concentrará el interés de los jefes de Estado y de Gobierno presentes".
En Venezuela, la canciller del gobierno depuesto, Patricia Rodas, dijo ayer que ningún gobierno debería avalar las próximas elecciones hondureñas, que calificó de "ilegales". Y dijo que Zelaya no autorizó de ninguna manera lo que llamó "farsa" electoral. También abogó porque se retome la idea de reformar la Constitución de 1982, punto de discordia que usaron los golpistas para derrocar a Zelaya.