La mujer se llamaba Marcela González, de 40 años de edad, quien falleció en El Calafate y a quien se le hicieron los hisopados correspondientes para ser analizados en el Instituto Malbrán.
Los profesionales médicos de esa localidad trataron a la mujer como un caso clínicamente sospechoso, ya que no podían esperar a que primero se confirmara el resultado de los análisis para hacer el abordaje a la enferma.
Marcela González tenía un pulmón menos y padecía del mal de Steiner, una enfermedad de origen genético que causa una parálisis y atrofia muscular, especialmente en la cara, pero no se sabe si el virus H1N1 entró a su cuerpo y causó mayor debilidad. Los médicos certificaron la muerte como un paro cardio-respiratorio por causas naturales, propias de la enfermedad que padecía esta mujer.
Una neumonitis fue la que hizo colapsar su sistema, pero pudo haber ocurrido lo mismo que con el bebé de 15 días derivado a Río Gallegos a principios de esta semana, al que luego se le confirmó que no padecía gripe A y que su neumonía tenía otro origen.